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miércoles, 31 de enero de 2018

TOPÓNIMOS DE HUACRACHUCO

«Quien reconoce sus raíces recorre con mayor firmeza los caminos»

Más allá del simbolismo mágico y la polisemia que caracterizan a nuestro idioma nativo, los topónimos quechua reflejan fielmente lo que existe, lo que ocurre o lo que ha ocurrido en un determinado sitio geográfico. Cada nombre revela los estrechos vínculos que subsisten entre los elementos de la naturaleza, clara muestra de la riqueza cultural del quechua y del valor imperecedero de los significados esenciales. A continuación la etimología de los nombres de algunos pueblos de Huacrachuco, distrito de la provincia Marañón, Huánuco:


ANTAQUERO: Diente de cobre. Proviene de las voces quechua «anta», cobre, y «kiru», diente. El mineral cobre caracteriza a la zona de Antaquero desde tiempos muy antiguos; la prueba más cercana data de la segunda mitad del siglo XX, cuando se descubrió la existencia de un yacimiento de tipo estratoligado de cobre en Acotambo y se instaló allí una mina. Y no hay duda que todavía hay más cobre. 

ASAY: Lugar donde hace mucho frío. Deriva de «qasay» o «jasay», hacer frío invernal. 

CAJAPATAY: Espina que desgarra. De «casha», espina, y «p’atay», morder ferozmente, desgarrar. 

CONDORGAGA: Cóndor en la peña. Proviene de «kuntur», cóndor, y «qaqa», peñasco, risco, gran piedra. La notable alteración fonética y la posterior escritura, de «gaga» en sustitución de «qaqa», se debe a la influencia de los españoles, quienes al traducir las palabras de nuestro idioma nativo al suyo cambiaron la «q» por la «g».
 
CHINCHIL: Arbusto silvestre de tallo corto y hojas lanceoladas, cuya flor conocida como «chinchil wayta» es de color rojo pálido. La ciencia botánica la ha registrado como chinchilkuma o chinchirkuma, especie Mutisia hirsuta, género Mutisia, familia de las Asteráceas, indicando que es un arbusto de flores rojas o amarillas cuya infusión es una medicina efectiva para curar la anemia y corregir el funcionamiento de los riñones. La flor de esta planta era usada por los antiguos indígenas como adorno en la cabeza o en el pelo, de allí viene la denominación «chinchircuma», que quiere decir «lleva la flor chinchir en la cabeza», por la inclusión de «uma» (cabeza) a la estructura del término original; así lo daba entender Fray Diego González Holguín, quien en su Vocabulario de la lengua general de todo el Perú llamada lengua Qquichua, o del Inca (1608), registró la primera definición: «Chinchircuma. Una flor amarilla que es plumaje». Actualmente, en la provincia Marañón (Huánuco), la planta que produce la hermosa «chinchir wayta» o «chinchil wayta» está en peligro de extinción.

CHOCOBAMBA: Pampa donde habitan los animales de orejas erguidas. Resulta de la unión de los términos quechua «choqo», orejas erguidas de los animales, en señal de atención por algún estímulo, y «panpa», del cual deriva «bamba», que significa llanura, llano, pampa, planicie. Los animales a los que se hace referencia no son otros que los camélidos andinos: la llama, la alpaca, la vicuña y el guanaco, que se caracterizan por tener las orejitas paradas. Muy cercana relación con el nombre tiene también el vocablo «ch’uku», cuya definición en los diccionarios es «dícese del camélido de lana larga y abundante»; esto lleva a plantear la hipótesis de que el nombre original bien pudo ser «ch’ukupanpa» (pampa de camélidos), luego «ch’ukubamba» y finalmente habría derivado en el actual «chocobamba».
 
GOCHACHILCA: Laguna rodeada de chilca. El nombre proviene de las voces quechua «qocha», laguna, y «ch’illka», «chilka» o «chillca», planta silvestre de hojas resinosas y flores de color amarillento o blanco, que crece a orillas de los ríos y en terrenos húmedos.
 
GOCHAJ: 1. Encharcado. Terreno donde se forman lagunas o charcos. Deriva de «qochay», estancarse el agua, formar laguna, encharcar. 2. Soleado. Lugar que recibe los rayos del sol. Viene de «q'ochay», solear, calentar, recibir los rayos del sol.

HUACHAJ: 1. Lugar húmedo. Nacido de la raíz «hua» (sitio, lugar, parte superior, arriba, plano sagrado), este topónimo procede del arcaico término quechua «huachaj», que significa ojo de agua, pantano, humedal, lugar que siempre permanece húmedo. 2. Proviene de «huachaq», la que pare; vocablo que a la vez deriva de «huachay», parir, dar a luz. 3. Lugar donde se escucha gotear el agua, donde sale el agua en gotas, o donde nace el agua sagrada. De «hua», lugar, plano sagrado, parte superior, y «ch’aq», sonido producido por la caída de las gotas de agua en una caja sonora.

HUACHUMAY: 1. Huérfanos del río. De «wakcha», pobre, huérfano --del cual deriva «wachu» o «huacho», con el mismo significado--, de «wakchu», animal huérfano de madre, y de su complemento «mayu», río. 2. Tierra de huérfanos. Según la tradición oral, los guerreros chunchos invadieron la región de Quirín y destruyeron todo a su paso, llegando a  quemar vivos a los pobladores que se refugiaron en el templo católico. Solo se salvaron de la masacre los niños que habían ido a pastar el rebaño por los llanos del actual Huachumay. De acuerdo a la creencia popular, el nombre Huachumay, viene de «huakcha», huérfano o sin padres. 3. Mi planta huachuma (cactus San Pedro, achuma, aguacolla o gigantón). Resulta de la unión de «huachuma» con el sufijo posesivo «y». Efectivamente, en los terrenos bajos, entre el pueblo de Huachumay y el río Marañón, crecen estas cactáceas. 4. Surcar el río. O la variante: hacer surcos en los terrenos cercanos al río (Marañón). Del otro significado de «wachu», surco, camellón preparado para la siembra de papa o cereales, y «mayu», río.

HUAGANA: Lugar del llanto desconsolado, del lamento prolongado; lugar donde dan gritos repetidos los animales. Proviene de «waqana», sensible, que se apena y llora sin consuelo; de «waqay», llorar; de «waqa», llanto o lloriqueo; de «waqaq», que gime o hace ruido; y de «waqanan» o «huaganan», donde llora. Existe consenso en que el vocablo quechua «waqana», «huakana» o «huacana» significa llorar, lamentar, sollozar, gemir; gritar de los animales, por ejemplo «alqo huacan» (ladra el perro), «puma huacan» (ruge el puma), «khuchi huacan» (gruñe el puerco), etc.; también estruendo o ruido de objetos. Ya en 1560, en el Lexicón, o Vocabulario de la lengua general de los indios del Perú, Fray Domingo de Santo Tomás, daba a conocer los significados de «Guacani»: graznar o cantar cualquier ave; relinchar, o gruñir, o aullar cualquier animal generalmente; llorar generalmente. Y en 1608, Fray Diego González Holguín, en Vocabulario de la lengua general de todo el Perú, registró «Huaccani», llorar en grito; «Huaccani aminaycama», llorar muchísimo o hasta no más; y «Huaccan», sonar campana, cantar las aves, gañir, aullar, bramar, chillar, de todas maneras de animales.
 
HUAMBO: 1. Embarcación. Viene de la voz quechua «wanp’u» o «huampu», balsa hecha con madera liviana. En el Lexicón, o Vocabulario de la lengua general de todo el Perú (1560), de Fray Domingo de Santo Tomás, aparece el registro más antiguo: «guambo», canoa, nave o balsa de madera. El original «wanp’u» consta de tres partículas: «wa», que se refiere al lugar que está en el plano sagrado; el elemento «n», indicador de la tercera persona singular; y «pu», morfema o sufijo que indica súplica en favor de otra persona. Esto significa que el vocablo aludiría a la embarcación que va al más allá después de la muerte o al viaje trascendental que emprendía un poblador local mediante la fe; dicho viaje sería posible a través de un rito religioso, por ejemplo el de purificación, con la ayuda de un sacerdote o yachaq (el que sabe). Lo señalado guarda relación con la práctica religiosa que siempre caracterizó a Huambo: hay dos ushnus donde se realizaban cultos a los dioses tutelares de la antigüedad (a los apus, al agua, al dios rayo, a la pachamama) y funcionó allí, hasta hace muy poco, una importante capilla de culto católico. 2. De «wanphu», sinónimo de «waphu», que significa boquerón (abertura grande). 3. Se llamaría así debido a que sus primeros habitantes habrían sido descendientes de los guambos, grupo étnico que en la época preinca ocupaba parte de los territorios de las actuales provincias de Jaén y Cutervo, departamento de Cajamarca.

HUANCHAY: Significa «el que llega de la parte superior», «llega del lugar sagrado» o «llega el ser sagrado (el agua)». El nombre Huanchay proviene de las voces quechua «wa» (parte superior, arriba, lugar sagrado) y «chay» (llegar, arribar), enlazadas por el elemento «-n» (marcador de la tercera persona singular). Deriva a la vez de «huachaj», pantano, ojo de agua, lugar húmedo; de «huachaq», la que pare, cuya estructura alude al lugar sagrado («hua») y al sonido producido por la caída de gotas de agua («chaq» o «cha’q»); de «huachaque», que significa «donde gotea el agua» (en lengua cauqui), «chacra hundida donde crece la totora» (en lengua quingnam) y «tierras húmedas ganadas al desierto» (en quechua); y de «huachay», parir, o hacer llegar de lo sagrado (al nuevo ser). El análisis estructural evidencia que el topónimo Huanchay hace referencia en simultáneo al lugar donde se produce la vida, a la madre uterina y al agua.
 
HUARIPAMPA: Pampa de vicuñas. Proviene de «wari», vicuña, y «panpa», llanura, llano, pampa, planicie.

HUAYCHAO.- Ave color plomizo y cola blanca que anuncia la salida del sol con su canto armonioso o da graznidos agoreros anticipando malos acontecimientos. Se le conoce también como ruiseñor andino, por su lindo y conmovedor canto matinal: ¡huaychau...! ¡huaychau...!. Precisamente, el topónimo Huaychao viene de «huaychau», nombre de esta ave.

MAMAHUAJE: 1. Madre que comparte, divide o distribuye con equidad. De «mama», madre, y «wakiy», compartir, participar por igual de intereses. Por efecto de la pronunciación y posterior escritura, el nombre original «Mamahuaji» se convirtió en el actual «Mamahuaje». Esta teoría tiene bastante asidero, porque Mamahuaje es una zona de división territorial entre los departamentos de Huánuco y La Libertad, una frontera natural marcada por los ríos Huacrachuco y Anchic; además, el significado se reafirma con los registros «huac», aparte, a otra parte, a la otra banda, y «huaqui», dos juntos, realizados por Fray Diego González Holguín, en su Vocabulario del año 1608. 2. Asociado con la madre. De «mama», madre, y «waki», pareja que forma sociedad para trabajo agrícola. 3. Casa madre, primera casa o casa matriz. De «mama», madre, y «waji», derivado por alteración fonética de «wasi», casa. 

MARCOPATA: Altura donde crece marco (Artemisia Vulgaris). Proviene de «markhu», artemisa, y de «pata», altura, elevación, arriba, andén, zona, sitio. La artemisa es una planta herbácea de la familia de las asteráceas o compuestas, similar al ajenjo, que supera el metro de altura; en la punta de su delgado tallo crecen cabezuelas de donde brotan flores de color rojizo. Se usa como medicina para curar heridas, calmar cólicos, expulsar lombrices intestinales, provocar y controlar la menstruación, aliviar resfríos, y en forma de tintura contra el reumatismo.

PARACAY: 1. Lloverá mañana. De «para», lluvia, y «q’aya», futuro, tiempo próximo, venidero, el día de mañana. 2. El clima se tornará lluvioso. De la fusión de «paraq», lluvioso, pluvial, y «q’aya», tiempo futuro. 3. Se conoce con el nombre genérico quechua «paraqay», a las variedades de maiz blanco de grano grande, llamado maíz amiláceo por la calidad de su harina, muy apreciada para la elaboración de tortas, panes y tamales.  

QUENUA: Alude a la planta «quenoa» o «queñua» o «quewiña» (quechua: qiwuña), del género Polylepis, que crece entre los 3600 y 4500 m s. n. m. Abundaba en la antigüedad, formando bosques llamados queñuales, de donde se extraía madera para mangos de herramientas y leña de la mejor calidad. Es un árbol de brazos retorcidos, hojas diminutas y corteza gruesa, compuesta de múltiples láminas que tienen la función de proteger el tronco de las bajas temperaturas. En el Vocabulario de la lengua general de todo el Perú (1608), de Fray Diego González Holguín, aparece: «Qquiñua-- árbol de puna bueno para leña y carbón».  

QUILLABAMBA: Pampa de la luna. De «killa», luna, y «panpa», del cual deriva «bamba», que significa pampa, planicie, llanura.

SHAGAPAY: 1. Mi flor shagapa. De «shagapa», planta altoandina cuyas flores son de color amarillo patito en algunas zonas, mientras en otras son rosadas y moradas; el sufijo posesivo «y», mi, denota el sentido de propiedad. Una canción muy popular en Ancash y Huánuco se titula «shagapita huayta», ramo de florcitas de shagapa. 2. Hacer sonar los cascabeles o cascabelear. Deriva del término original «xacapa», cascabel, que registró Fray Domingo de Santo Tomás en el Lexicón (1560), y de «shacapa», «shaqapa», árbol de la selva cuyos frutos sirven de cascabel, vocablos de similar escritura y pronunciación que se usan para designar al cascabel. Por intervención de los españoles, quienes al traducir las palabras de nuestro idioma nativo al suyo cambiaron la «q» por la «g», surgió el sinónimo «shagapa», que con el sufijo verbal «y» significa «bailar con cascabeles» o «cascabelear».

TRANCA: 1. Curvado, bifurcado, arqueado, sinuoso. Deriva del antiguo término quechua «tarca», corva de la pierna (registrado en el Lexicón); «tanka», forma de un palo con uno de los extremos bifurcados en dos ramas; y de «chanka» o «chaka», pierna, muslo, cadera. En algunas partes del Perú se utliza la palabra «tranka» para referirse a la pierna y en específico al muslo o a la cadera. Un estudio publicado en Agua, revista del Centro de Capacitación JM Arguedianos, en 2003, refiere que la palabra «tranka» procede de un dialecto de la región Chinchaysuyo y que es sinónimo de «chanka»; explica que, en las lenguas indígenas es frecuente el empleo de ciertos sonidos secundarios, provocando alteraciones fonéticas como la «ch» en «t-r», transformando así por ejemplo «chaki» en «t-raki», pie, y «chanka» en «t-ranka», pierna, muslo, anca de animal (Revista Agua, Centro de Capacitación JM Arguedianos, Año 1, N° 1, Huancayo, 2003, p. 29). 2. Aguila que extrae con violencia o arranca con rapidez su presa. Surge de la unión de «t’iray», arrancar de cuajo y con violencia, extraer de raíz las plantas menores, y «anka», águila.



REFERENCIAS:

* Lexicón, o Vocabulario de la lengua general del Perú, Fray Domingo de Santo Tomás, Lima, 1560 - Versión web:  https://archive.org/details/lexiconovocabula00domi
* Vocabulario de la lengua general de todo el Perú llamada lengua Qquichua o del Inca, Padre Diego González Holguín, Lima, Imprenta de Francisco del Canto, 1608 - Versión web: https://es.scribd.com/document/343732791/Gramatica-y-arte-de-la-lengua-general-del-Peru-1607-Gonzales-de-Holguin-pdf
* Diccionario Simi Taqe, Quechua-Español-Quechua, Academia Mayor de la Lengua Quechua, Gobierno Regional Cusco, 2005 - Versión web:  http://www.illa-a.org/cd/diccionarios/DicAMLQuechua.pdf.....
* Diccionario Kechwa-Castellano, Castellano-Kechwa, César Augusto Guardia Mayorga, Ediciones Peisa, 1970.
* Klauer, Alfonso. ¡Gua!, el insospechado origen del lenguaje, 2007, Edición electrónica gratuita. http://www.eumed.net/libros-gratis/2007b/273/indice.  Texto completo en: www.eumed.net/libros/2007b/  Cita seleccionada: «en algún momento la voz /ua/ empezó a tener las aproximadamente equivalentes e importantes connotaciones de «tierra», «lugar de nacimiento», «territorio», «espacio en el que se vive», etc. Pero muy probablemente también, y quizá bastante más tarde, cuando cada patria tuvo nombre propio, /ua/ habría pasado entonces a ser un simple sustantivo con el que genéricamente se denotaba «lugar», «sitio», «espacio». Cualquier lugar, cualquier sitio, cualquier espacio» (/UA/=lugar, territorio).
* CHINCHIRKUMA, CHINCHILKUMA. Revista de crítica literaria latinoamericana, Latinoamericana Editores, p. 73, 1993. Web:   https://books.google.com.pe/books?id=0aFdAAAAMAAJ
* CHANKA. Diccionario Quechua- Aymara al español, www.katari.org/diccionario/diccionario.php?listletter=quechua
*GOCHACHILCA. Artículo: Etimología de Gochachilca. El Quinto Jinete, 29 Dic. 2016 - https://el-goico.blogspot.pe/2016/12/etimologia-de-gochachilca.html
* GUAMBO. Toponimia de la provincia de Loja, Jorge Enrique García Alberca, p. 109, 2015.
* HUACHUMA. Dioses y enfermedades: la medicina en el antiguo Perú. Fernando Cabieses, G. Ediciones e impresiones, p. 16, 1974.
* HUACHUMA. Boletín de Lima, Temas 123-126, 2001.

* HUANCHAY. Artículo: Acerca del nombre «Huanchay». El Quinto Jinete, 26 Dic. 2014 - http://el-goico.blogspot.com/2014/12/acerca-del-nombre-huanchay.HTML
* HUAKANA. Primitivo Sanmartí, Los Pueblos del Perú, Imprenta y Librería de San Pedro, p. 193, 1905. https://books.google.com.pe/books?id=QT9lAAAAMAAJ 
* SHAGAPAY. Artículo: Aproximación al significado del nombre «Shagapay». El Quinto Jinete, 30 Dic. 2016 - https://el-goico.blogspot.com/2016/12/aproximacion-al-significado-del-nombre.HTML
* T’IRA. Diccionario quechua-español, español-quechua, p. 168. https://books.google.com.pe/books?id=C80uAAAAYAAJ
* T’IRAY. Jorge A. Lira, Diccionario Kkechuwa-español, Universidad Nacional de Tucumán, Argentina, 1945.
* TRANKA. https://yazg.wordpress.com/diccionario-quechua



viernes, 21 de abril de 2017

COSECHA DE YUCAS EN MAMAHUAJI [*]
 
El grupito fue recibido con entusiasmo por doña Primi y su comitiva. Los chicos hablaban al mismo tiempo, orgullosos de la pesca; todos recibieron felicitación, en especial Óliver, quien fue abrazado por Eulogia, acariciado por Grizel y René, y cargado con amor por su madre. Christian se rezagó un poco del resto, pero no tardó Juaneco en acercarlo nuevamente al grupo; fue en ese momento que Grizel, la niña rubia, lo vio de cerca por primera vez, deteniendo un instante la mirada en sus ojos pardos: le pareció guapo aquel niño blanco, de gorrita vistosa y cuyo nombre no sabía todavía.

Luego, como si estuviera establecido, las mujeres se llevaron los pescados a la cocina y los varoncitos se quedaron con Juaneco en el patio, para ayudarlo a extender la atarraya que debía orear bien antes de ser guardarda. El atardecer cambió de color al volver a brillar el sol en el cielo claro y pronto el suelo quedó totalmente seco, como si no hubiera llovido ese segundo viernes de enero.

Christian vio la señal que le hizo su padre con un leve giro de cabeza y supo que debía ir con él. Juaneco, Milton y Casimiro se quedaron mirando al ingeniero Galarzé, quien avanzaba presuroso hacia su camioneta pick-up blanca.

--¿Papá, ya nos vamos?--le preguntó.

--Sí, hijo. Súbete, vamos a Cajabamba. Por allá están los carreteros, con un tractor parado, parece por falta de combustible. En esta época de invierno el tractor tiene que estar bien, porque con las lluvias hay que estar limpiando constantemente la carrretera.
 
--¿Habrá caído huaico en Chúcaromonte?

--¡Esperemos que no, hijo!-- contestó, al mismo tiempo que encendía el carro.
 
--¡Quédese don Armando a la merienda!-- le dijo doña Primitiva, dirigiéndose a la huerta con la niña René para recoger limones--. Habrá chilcano.

--Hay trabajo que hacer arriba en Cajabamba y pasaré hasta Huacrachuco-- respondió--. Y, sin más demora, se despidió al vuelo--: ¡Regreso doña Primi!

Cuando volvieron de Huacrachuco, una semana después, Christian se apuró en bajar del vehículo de su padre para buscar a sus amiguitos, pero no vio a ninguno. No había chicos en el río y nadie jugaba por ningún lado; estaban ausentes las voces de los niños. El lugar estaba tomado por los adultos. Había llegado de Pataz un viejo camión, cuyo chofer conversaba apurado con doña Primitiva en el patio, y sus cinco pasajeros comían papaya sentados en las bancas y poyos del exterior del restaurante; era obvio que no se quedarían al almuerzo, porque faltaba más de una hora para el mediodía.

El padre nunca perdió de vista a su hijo y viéndolo desandar tan solo, bajó de la camioneta y se aproximó a él.

--Hijo, vamos a comprar. ¿Quieres algún refresco o papaya?

--Mejor maracuyá, papá.

--Bueno. Yo tomaré una gaseosa.

Doña Primitiva, siempre muy atenta a todos los requerimientos, vio el brazo en alto de Galarzé y se acercó pronto con su manojo de llaves para abrir la tiendita ubicada al costado del huerto. Rápidamente, a Christian le invitó dos maracuyás y a su padre le vendió galletas y Concordia, la bebida gaseosa que se fabricaba en Chiclayo y se veía por doquier, en todo el norte del país, como el símbolo de éxito económico del Grupo Concordia.

--¿Y Juaneco, doña Primi?-- preguntó el blanquiñoso.

Juaneco, Casimiro, Anita y Óliver se habían ido con el hortelano Buñi a la chacra de yucas, situada como doscientos metros a la izquierda del puente, al pie de la carretera que se dirige al río Marañón. Su amiguito Milton ya no estaba en Mamahuaji.
 
--Más ratito voy para la chacra, ¿vamos?-- inquietó al niño la fundadora de Mamahuaji--. Déjelo don Armando; su hijo se halla con los chicos de acá-- dijo, mirando al papá, intentando convencerlo.

Armando Galarzé vio a su hijo con ganas de quedarse y resolvió:

--Entonces, se lo encargo doña Primi.

--No se preocupe don Armando, Christian va estar bien.

--Yo voy al campamento de Chibche y regresaré tarde. Tengo que darle su navidad al guardián y hacer un inventario de las cosas que hay abajo. A partir de mañana se vienen para acá los carreteros también; ya llega febrero, tiempo de más lluvias y huaicos.

--Bueno, acá tienen su vivienda ellos-- contestó alegre doña Primitiva, refiriéndose a los dos cuartos que habían construido los carreteros en la banda, a la derecha del puente.

--¡Cuidate hijo, ah!
 
--Está bien, papá--respondió Christian, algo entusiasmado.

--Sólo le pido algo doña Primi-- expresó medio en broma --: ¡Hágalo trabajar!. Que juegue, pero también que ayude en lo que haya que hacer. Acá nadie debe estar con los brazos cruzados.

--Yo hago trabajar a todo el mundo. Para comenzar, ahorita lo llevo a traer yucas de la chacra.
 
--Hijo: ¡haz caso en todo a doña Primi!-- recomendó a su pequeño, moviendo de arriba abajo el índice derecho--. ¡Te quiero, hijo!--le dijo luego, abrazándolo con ternura.
  
Definido todo, la Toyota blanca cruzó el puente y dobló hacia la izquierda, levantando mucho polvo por la carretera; alborotados, Cazador y Pantera lanzaron un par de ladridos desde el puente. El niño de Lima vio partir también el viejo camión hacia Huacrachuco, antes que doña Primitiva regresara a su lado; cuando se pusieron en camino hacia la chacra, desde la puerta de la cocina, la rubicunda Grizel y su hermanita René los siguieron con la mirada hasta que desaparecieron.

Christian le preguntaba de todo a doña Primitiva: ¿de quién es esa huerta?, ¿cómo se llama por aquí?, ¿de dónde viene ese canal?, ¿cómo se llama esa planta?. Esa curiosidad infantil le agradaba a la mujer del temple y sonriendo respondía. Así continuaron hasta que el pequeño advirtió la presencia de una carretilla al borde de la carretera.

--!Allí está don Buñi!-- exclamó, alcanzando a ver primero al hortelano, que aflojaba la tierra con una lampa para poner al descubierto las yucas--. ¡Y Juaneco, Casimiro y Anita, y Óliver!.

Al lado de las plantas de yuca, los niños eran bajitos; sólo el viejo sombrero de paño de don Buñi se veía a nivel de los penachos de hojas palmeadas y lobuladas de los arbustos más altos. Cada integrante del grupo asumió al principio una función: Juaneco se encargaba del desramado, dejando solo una pequeña copa al final del tallo verde oscuro; don Buñi cortaba el tallo a medio metro del suelo, escarbaba y apartaba suavemente la tierra de encima con la lampa o con el machete, y luego jalaba el tronco hacia arriba; Casmiro, Christian y Anita terminaban de desenterrar los tubérculos, palpando su cáscara leñosa, notando la blancura de su pulpa y asombrándose continuamente de su gran tamaño y variado grosor, pues algunos superaban el medio metro de largo y pesaban tanto que los retiraban arrastrando; en tanto Óliver y su mamá los metían en un costal. Al final, todos se pusieron a desenterrar y juntar las yucas, en medio de amenos comentarios; sin duda, no faltaron las preguntas de Christian.

-- De qué crece la yuca? ¿Tiene semilla?

-- Yuca crece del tallo. Se corta en trozos de una cuarta y cada trozo se siembra inclinadito, haciendo hoyo en la tierra-- dijo doña Primitiva.

Don Buñi recogió un tallo, cortó de este un trozo de más o menos veinte centímetros y lo mostró a los pequeños, señalando con el dedo los seis nudos que tenía y el ojo germinativo. Acompañaba su demostración con palabras, pero sólo doña Primitiva lo entendía. 

-- El palito debe tener seis o siete nudos, dice-- intervino ella en el momento preciso--. De ese ojo verdecito va crecer la nueva yuca, dice. Y así es-- aseguró, señalando también con el índice el mismo ojo de retoño que era fácil de ver en la pequeña estaca--; ¿no don Buñi?.

Mientras los mayores terminaban la explicación, Óliver se había ido al canto de la chacra, donde curiosamente miraba por entre las hojas pecioladas de la planta trepadora llamada mate, calabaza americana o porongo. Anita y Christian caminaron hacia el pequeñín y descubrieron el maravilloso fruto del mate, sentado sobre el suelo; era de forma redonda y aplanada, de piel lisa, color verde claro y de un diámetro aproximado de treinta centímetros. En ese instante de fascinación, Christian recordó el recipiente que usaban los campesinos de Huacrachuco para medir la cantidad de sus granos o para aventar el trigo en la era, al terminar la trilla; también se le vino a la mente los mates burilados, piezas con hermosos grabados, que había visto en las tiendas de artesanía en Lima; se hincó junto a Óliver y Anita, y emocionado tocó delicadamente el único fruto que había brotado de la planta.

-- ¡Qué lindo está mi mate!-- manifestó satisfecha la dueña del pequeño yucal, acercándose --. Hay que cuidarla, es mi nueva siembra-- recomendó. Entonces, los niños se pusieron de pie y regresaron a la faena.

El hortelano puso dos costales con yucas sobre el buggy y los niños, que acalorados subieron a la carretera, agregaron un tubérculo cada uno. Doña Primitva cercó con espinas la entrada de la chacra y don Buñi, una vez acomodada la carga, comenzó a empujar la carretilla hacia la casa, siendo escoltado alegremente por los niños. La huerta de la patrona se veía espléndida desde la carretera de la banda y el río Huacrachuco calmado, inalterable antes y después de su unión con el Anchic, manteniendo el ritmo de sus olas matizadas de verde y blanco.

En el trayecto, Christian se dio cuenta que sudaba más que los demás, sensación que ya había experimentado tiempo atrás, pareciéndole eso muy extraño; sin embargo, dejó de pensar en la sudoración y, mirando más bien a su alrededor, comprendió lo beneficioso que resulta usar sombreros y gorras. Las ramas de los molles apenas se movían; el sol inclemente estaba en el centro del despejado cielo.

Como era de esperarse, ni bien llegaron al patio de la casa, los niños enrumbaron en fila hacia el río para refrescarse. Doña Primitiva ingresó presurosa a su cocina, donde Eulogia y las acomedidas niñas Grizel y René la pusieron al tanto de todo; afuera, don Buñi ya sabía lo que tenía que hacer con el cargamento de yucas. En minutos, el almuerzo consistente en una sopa casera y seco de res estaría servido para los animosos cosechadores de yuca.


(...)


[*] Continuación del relato «Pesca con atarraya en el Anchic»