viernes, 13 de septiembre de 2019

Voz y sentimiento*
 
ESTRELLITA   DEL  MARAÑÓN

Bella, alegre y siempre elegante, la dama del folclore marañonense brilla como una estrella en el firmamento de la música vernacular y ese brillo nos alcanza de manera especial cada vez que nos canta sus huainos. Ella nació con el don del canto; lleva el arte en las venas, en el alma, lo siente y lo transmite al público con su encantadora voz musical. Pero no fue fácil para ella llegar a ser artista; cada pedazo de su historia es un ejemplo de la lucha constante por subir, peldaño a peldaño, la escalera del éxito y la superación personal.


Amelia Reyna  Espinoza Berrospi, máxima representante del folclore marañonense, nació con el don del canto en Huacrachuco el año 1976. Hija de Guillermo Espinoza Avendaño y Anuncia Berrospi Chinchano, la artista hoy conocida como Estrellita del Marañón, comenzó a cantar a los siete años de edad, haciendo sus pininos musicales en la Escuela 84045 de Huacrachuco.

«Cantaba en las actuaciones, en el aniversario de mi escuela primaria, recibiendo mis primeros aplausos que me llenaban de emoción. Mi mundo era la música; siempre estaba cantando, tarareando las canciones de China María y Alicia Delgado, me gustaban mucho sus huainos», recuerda.

De su padre recibiría  la primera influencia artística, porque en cierta forma él era un artista popular. «Mi papá tocaba arpa, violín  y mandolina;  siempre tocaba para la fiesta de navidad, acompañando a las pastorcitas  que  sacaban a bailar todos los años doña  María Vigo y mi madrina Benigna Chuquino».

Lo cierto es que siempre estuvo en el camino de la música y el ascenso dependía solo de aprovechar las oportunidades. En 1986 ganó un concurso distrital en Huacrachuco, donde participaron 25 representantes de los diversos anexos. Ella lo rememora así: «Gané un diploma y otros premios significativos para mi carrera artística, ante los aplausos y la alegría de todos mis paisanos».

Después ganó el concurso promovido por  la Integración Cultural Raymillacta, evento interprovincial que se realizó en Huánuco, en el Coliseo 15 de Agosto. Y, representando al departamento de Huánuco, obtuvo en Lima  el primer lugar en el  Encuentro Nacional de Integración Cultural Raymillacta, que se realizó en la Plaza de Acho, el 22 de Febrero de 1987. A los diez años de edad comenzaba a brillar como una estrellita.

NOMBRE  ARTÍSTICO, PAUSA Y REGRESO

Amelia Espinoza ha tenido dos nombres artísticos. Primero era La Huerfanita del Marañón, que le pusieron  en Huacrachuco. Luego, en los días previos al referido concurso que ganó en Lima, pasó a ser Estrellita del Marañón,  nombre que se decidió en una reunión con los integrantes del grupo que la acompañaba, entre ellos su  tío Favio Espinoza -- guía y primer representante artístico--  y Virginio Olivas, quien tocaba la mandolina.

Después  de  los concursos regresó a Huacrachuco a continuar con sus estudios. Se apartó un tanto de la carrera musical, por falta de apoyo.  «En lo que podían me apoyaban tanto mi familia como algunas personas que les gustaba el arte, pero no era tan fácil», nos dice. Estudió en el colegio Huayna Cápac hasta el cuarto año y culminó la secundaria en Huaraz, ciudad en la que pasó cuatro años.

 Un día  la pausa obligada terminó y volvió  al escenario. «Será tal vez  porque el arte lo llevo en las venas, apasionadamente me gusta. Siempre veía, escuchaba algunos cantantes; no conocía a nadie, pero me gustaba ir a verlos y escucharlos. En uno de esos espectáculos fue que, perdiendo la vergüenza, me acerqué a un arpista y le dije:  yo también canto, me gusta cantar; ah ya --dijo--, entonces espera un momento y vas a subir a cantar. Ahí fue que inicié mi camino. Era lo que necesitaba. Y fue algo fructífero para mí, porque salí nuevamente y más rápido avancé; comencé a salir a varios sitios, con otros artistas nos íbamos a bautizos, cumpleaños, matrimonios y otros eventos»

En Huaraz conoció a la hoy popular cantante cuzqueña Noemí Huamán, quien fue su compañera en aquella etapa inicial de crecimiento artístico.  Juntas salían a diversos lugares y ambas llegarían a grabar su primera producción juntas, para el mismo sello y con el mismo marco musical: Los Grandiosos del Escenario, de Víctor Barrreto.

Tal acontecimiento de la primera grabación de Amelia Espinoza ocurrió en el año 1999 y fue para el sello Prosa Producciones,  con temas  recopilados que le dieron regular éxito.  Luego vino la segunda grabación para el sello Epa Producciones, obteniendo mejor aceptación del público con los temas “Vuelve amor mío”, “Falsas promesas” y otros.

Estrellita del Marañón ha tenido presentaciones en los programas televisivos de folclore Canto Andino, Miski Takiy (de María Jesús Rodríguez), La Cajita Musical y otros, que le ayudaron a ser más reconocida. Ha grabado para las productoras Mundo Musicales Recsa, Santa Lucia, Dulzura, Imagen, Propasa y para su propio sello Reyna Producciones. Siempre ha estado avanzando, por ello ha llevado su música con un mensaje alegre e integrador a muchos pueblos de la costa, sierra y selva del Perú.

Su ascenso al estrellato fue fruto de perseverancia y mucho trabajo. «Cultivar el arte no ha sido nada fácil, pero tampoco imposible. Gracias a Dios conocí muchas personas que de verdad valoran la música folclórica, el arte, así puedo mencionar a Roberto Vásquez Roque y a Julia Sixce, quienes me bindan su amistad y apoyo incondicional; estoy muy agradecida de ellos y de toda la gente linda de los diferentes lugares del Perú por su preferencia y aplausos».



CONTRAPUNTO CON LA REINA DE LAS PROVINCIAS
 

-- ¿Qué siente cuando está en el escenario?

-- Frente al público siento alegría, mucha emoción. Siento que todo el escenario es mío y tengo que ganarme el cariño del público.

-- ¿Qué es el huaino para usted?
 
-- Es una música vernacular, folclórica, como el Perú lo es. El Perú es folclore, en nuestro país el huaino siempre está presente.

-- En cuanto al contenido de los temas musicales que interpreta, ¿está satisfecha?

-- Sí. Todas las letras de las canciones que uno interpreta parece que es de nuestra propia vivencia, así lo entiendo yo. Creo que para el público es igual, conforme uno lo canta; el público lo escucha y siente que le estamos cantando.
 
-- Hay un tema, entre los últimos, con un mensaje para levantarle el ánimo a la mujer. Dice: «tienes que ser mujer, bien mujer»...
 
-- Es un tema de coautoría, del señor Rómulo Gagliuffi y mío. «Tenías que ser mujer», es el título. Dirigido a las madres abandonadas, sufridas, para decirles que a pesar de tener un dolor por dentro se llenen de valor y hasta rían. Dice: «Madre que afrontas el oleaje de la vida / nunca quebrantes / al quedarte solitaria. / Saca la garra, muestra la cara, / para luchar con el dolor...» Y hasta ríe, dice, ríe: «Ríe, porque sabes que hay mañana...». Es una canción para escuchar en reflexión. Y hay otros temas: alegres y también los que invitan a llorar, cantineras; el mensaje es variado.
 
-- Ha grabado para varios sellos.
 
-- Tengo hasta ahorita diez volúmenes grabados, las primeras producciones con doce temas cada una y las últimas ya he grabado con diez temas. Claro que la mayoría son temas recopilados de otros autores, pero los interpreto a mi estilo.

-- Es difícil elegir los temas más bonitos... ¿Podría mencionar algunos?

-- Actualmente estoy interpretando «Fuiste tú (2018) y «Río Marañón» (2018), ambos de mi propia inspiración, y otros que, aunque son recopilados los interpreto a mi estilo y le encanta a la gente. De años anteriores tengo, por ejemplo, el bonito tema «Mi Huacrachuco», dedicado a mi querido pueblo.

-- ¿Qué temas le pide más el público?

-- Hay un tema: «Vuelve amor mío». También «Falsas promesas», «La camioneta blanca», entre otros.

-- Tengo entendido que está en la etapa de crear nuevos temas de su autoría...

-- Le digo: voy a interpretar temas recopilados y también de mi inspiración. Entre los temas míos, «Fuiste tú»; ya estoy cantando también los temas inéditos «Emborrachándome» y «Es un martirio vivir sin ti», y voy a ir incluyendo otros más que están en proceso.

-- ¿Cuál es su sentir por Huacrachuco?

-- Huacrachuco, nunca lo olvidaré, porque siempre lo llevo en mi mente y en mi corazón. Es la tierra donde nací, crecí y donde tengo muchos recuerdos desde niña, de mis amigas y amigos...

-- ¿Puede adelantarnos algo de lo que nos ofrecerá próximamente?

-- Esta vez, para mi última producción espero viajar a Huacrachuco y hacer el video clip con imágenes de toda la zona, aprovechando los hermosos paisajes y los atractivos turísticos que tiene.

-- Qué bonito. Le deseamos suerte en ese empeño.

(*) Entrevista publicada en la Revista Marañón, febrero de 2019.


viernes, 30 de agosto de 2019

MARAÑÓN :  PARAÍSO ANDINO 
 
 
El talento, la identidad y el turismo en perspectiva 
 
Somos hijos de una tierra prodigiosa. Tenemos talentos en todos los niveles del trabajo y la creación humana, porque llevamos en los genes el valor, la constancia, la audacia, el ingenio constructivo, la sabiduría de nuestros ancestros más antiguos: los wacrachucos (en la época preinca ocuparon lo que hoy es Huacrachuco y Huacaybamba), los yarowilcas (integración en el periodo de la Confederación Inca - Yarowilca) y los cholones (fusión cultural a partir de las misiones evangelizadoras; Cholón, antiguamente fue parte del Gran Pajatén, cultura Chachapoyas). Hoy somos de todas las sangres y culturas; el mestizaje sanguíneo y cultural es nuestra riqueza.
 
Nuestra tierra es acogedora y hermosa: bellezas naturales en sierra y selva, suelos fértiles, aire puro y gente amable. La riqueza se ve, se palpa, se siente con emoción en cada lugar que uno visita, ya sea llegando en carro, en moto o siguiendo caminos de herradura.

Tiene un enorme potencial turístico. Allí están las campiñas andinas de ensueño; los espejos de agua entre las altas cumbres y la laguna de Asiaj (Chonas), un paraíso natural, la reserva ecológica de Marañón por excelencia; el nevado Acotambo, el guardián de hielo; las fantásticas formaciones rocosas como Urwa Rumi, Kunkash, Condorgaga, Pishtak, Cashqui Rumi, la enigmática Horca de Ucurragra, las torres de Shallaway; las cataratas de la selva; los ríos de puna donde se puede pescar truchas; las pampas para atravesar a caballo; los frutales, los huarangos, los cactus y las salinas de los temples; los mensajes rupestres de los hombres primitivos en las cuevas de Ucurragra, Atojpampa y otras; Pueblo Viejo, Awilo Marka, los innumerables ushnos y un centenar de sitios arqueológicos más; el Qhapaq Ñan incaico; las especies silvestres de flora y fauna, en fin, tantos atractivos para el asombro de los turistas nacionales y extranjeros.

A qué visitante no le gustaría llegar a una campiña en primavera, apreciar los rebaños de ovejas en el pasto verde, encontrar en su hábitat natural a las vizcachas, a los chúcaros, a los sajinos, a las tunas, a las flores como la rima rima o las dalias o las azucenas, a las hierbas medicinales en su estado silvestre; ni qué decir de nuestros platos típicos, que satisfacen hasta los paladares más exigentes.

Aunque el tiempo y la modernidad traen nuevos usos y costumbres, en Huacrachuco se mantienen vivas las tradiciones patriarcales, añadiendo de lo moderno solo alguna que otra innovación, lo necesario para lograr mejores productos. Es el caso del arte textil y de la música, que se nutren de las vivencias en diferentes niveles del tiempo y del espacio.

En la gastronomía prevalece lo autóctono, los ingredientes ancestrales y el convite con alegría, para felicidad de todos los comensales. Las danzas, los carnavales y las fiestas costumbristas en general mantienen su esencia de colorido y sana diversión que llama, acerca y hermana a la población.

Actualmente, aparte del turismo convencional, cultural y el de aventura hay un filón que ya los promotores turísticos lo están aprovechando en otras partes del país: el turismo rural comunitario. Este tipo de turismo es llamado también alternativo o de convivencia, porque permite al visitante participar de las actividades de la comunidad, de tal forma que experimente y valore la forma de vida, las costumbres tradicionales, la cultura viva. A nivel de Huánuco hay entusiasmo creciente para desarrollar la industria sin chimeneas.


En Marañón es posible activar esta palanca de desarrollo para el beneficio de sus pueblos. Por ejemplo, un grupo de tres o cuatro turistas extranjeros elige pasar unos días en un pueblo de Marañón ( Paracay, Tranca, Huanchay, Huachumay, San Pedro de Chonta o cualquier otro que esté en la lista de promoción turística), pagando previamente un precio establecido. Entonces, se involucra toda la comunidad — es lo óptimo— para acoger durante unos días a los visitantes y hacerlos partícipes de las actividades costumbristas como podrían ser la esquila del ganado, la siembra de la tierra, la elaboración del pan en el clásico horno andino, la celebración de alguna festividad religiosa, deportiva, etc.; se los aloja en un hospedaje campestre o dentro de una casa familiar; durante su estancia en el pueblo ellos van a ser invitados especiales, pero también van a aprender interactuando, conversando, preguntando, participando de las costumbres e intercambiando experiencias; asimismo, van a conocer lugares y otros atractivos turísticos de la zona. Ahora bien, se necesita tener algunos productos adicionales de oferta, porque el turista siempre quiere llevarse algún recuerdo: un tejido con motivos andinos, una prenda bordada a mano, un chullo, un sombrero peculiar, una flauta artesanal, un artículo de cuero grabado, un kilito de algún alimento recién cosechado, etc. 

Hay riqueza en nuestro suelo y en nuestra gente. Marañón lo tiene todo: es un paraíso andino. Así es nuestra tierra, la espléndida y generosa provincia Marañón, Huánuco. Sintámonos siempre orgullosos de ella.

 


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* Fotografía: Club Marañón (Facebook)
* Vídeo: Zacarías Malqui Campos
* Música: Los Chirocos de Gochachilca