Cascada de Horcón. |
El nombre «Huanchay» proviene de las voces quechua «hua» (parte superior, arriba) y «chay» (de chayay: llegar, arribar), enlazadas por el elemento «-n» (marcador de la tercera persona singular). De tal forma que «huanchay» significa literalmente «el que llega de la parte superior»; más adelante veremos que se alude a la llegada del agua, considerado en el mundo andino como un ser sagrado, con lo cual el significado esencial sería: «agua que llega de lo sagrado» o «llega el agua sagrada».
«Huanchay» pertenece a la misma familia léxica de las palabras «wachay» (parir, dar a luz, procrear, fructificar; también producir, multiplicar) y «hawanchay» (colocar una cosa diferente en la superficie de otra). Las tres derivan de la raíz «hua» y además tienen en común el sufijo de acción verbal «chay».
La partícula «hua» es particularmente muy importante, porque se trata de una raíz-madre de la cual han nacido innumerables palabras en todo el mundo. Su origen, por tanto, es antiquísimo; quizás «hua» haya sido la primera palabra pronunciada por el hombre de la prehistoria, tal como lo postula Alfonso Clauer [1] en «¡Guá!, el insospechado origen del lenguaje» (Lima, 2007); sus primeros significados bien pudieron ser «tierra», «lugar de origen», «lugar de nacimiento», «sitio», etc.
Para hallar el significado de «hua» más próximo a nosotros, es preciso analizar los primeros registros del idioma quechua realizados en la época colonial. Tomemos como guía la palabra «hawanchay», considerando previamente los términos «hawa», que significa 'de arriba, afuera', y «hawan», 'arriba, por arriba, encima' [2].
En Vocabulario de la lengua general de todo el Perú (1608), de Fray Diego González Holguín, el texto más profuso que se haya escrito acerca del quechua, encontramos: «hahua», sobre, encima; «hahuanpi», arriba de algo; «huaci hahua», encima de la casa; «huaci hahuan», el techo, lo más alto de la casa; y «Huacip huanpi», por encima de casa, o más arriba de casa, o más fuera de la casa.
Se deduce que «hahuanpi» y «huanpi» tienen parecido significado, con la diferencia que «huanpi» se refiere a lo que está más arriba, en la parte más alta. Si dividimos en partículas la palabra «huanpi» nos acercaremos al significado literal de «hua» : Hua-n-pi, «en su parte más alta» o «en su parte superior» [3], dado que «pi» equivale a «en» y el elemento «-n» en este caso actúa como sufijo posesivo.
Arte y vocabulario de la lengua quichua general de los indios del Perú (1754), de Fray Diego de Torres Rubio, corregido y aumentado por Juan de Figueredo, trae un nuevo significado para «hahuan»: altura. En dicho texto se advierte que «hahua» es una preposición equivalente a sobre y supra; la diferencia es explicada así: «supra, también significa sobre, pero no tocando la cosa inmediatamente, sino por lo alto; y entonces la preposición es hanac». Esto quiere decir que «hahua» y «hanac» ( o «hanan», arriba, alto, parte superior) aluden a lo que está «sobre o encima», pero en niveles distintos; por ejemplo, «hanacpacha»: cielo, lugar alto, el mundo de arriba.
Vemos que tanto «hanac» como «huanpi» hacen referencia al espacio o lugar más elevado, y que «hua» significa «parte superior». Sin embargo, estos significados son un tanto ambiguos; particularmente, la raíz «hua» o «wa», tiene un significado más profundo y trascendente.
Según la cosmovisión andina, hay dos planos de existencia:
a) Ka : La realidad material, visible, cognoscible. En este plano se sitúan el «ukhu pacha» (mundo de adentro), el «kay pacha» (mundo de aquí) y el «hanac pacha» (mundo de arriba).
b) Wa: La realidad inmaterial, invisible, intangible, incognoscible. En este plano está el «hawa pacha» (mundo de afuera), el universo que está más allá de nuestros sentidos [4], el espacio-tiempo de lo sagrado, lo esencial, lo trascendente.
Todo lo que existe en la realidad que conocemos se origina en el plano Wa y hacia él retorna todo en forma cíclica. En la filosofía andina los ciclos de vida son continuos y complementarios, la muerte es un tránsito de reintegración del ser a la energía cósmica de Wa ( fuente de vida y sabiduría), donde luego de un tiempo recibirá otro impulso vital para comenzar un nuevo ciclo de existencia en Ka.
Entonces, considerando que la raiz «hua» o «wa» hace referencia a lo sagrado, podemos descubrir el principal significado de «wa-chay» (parir). Esta palabra que resulta de la unión de «wa» (lo sagrado) y «chay» (llegar) significa: «llegada de Wa» [5]. El nacimiento de un nuevo ser se puede interpretar como «la llegada de lo sagrado», porque el neonato trae la esencia vital del plano sagrado.
«Hua-n-chay» tiene un significado parecido. La presencia de la partícula «-n», marcador de la tercera persona singular, determina la leve variación respecto a «wachay», siendo el significado esencial de «Huanchay»: «el que llega de lo sagrado», «el que llega de Wa» o, simplemente, «llega de Wa». ¿Y quién llega de Wa?. Justamente el que nace, un ser que viene cargado de la esencia de Wa o, lo que es lo mismo, un ser sagrado.
Y este ser al que se alude no es otro que el agua. Porque el agua en el mundo andino es un ser vivo [6] y sagrado; su presencia es cíclica y permanente; fecunda la tierra para generar vida; en los lagos, lagunas, ríos y en el mar propicia la vida y la reproducción de los peces; se utiliza para el riego, el baño (efecto purificador), la preparación de los alimentos, etc; es esencial para el desarrollo de la vida en el planeta. Llega de arriba (en forma de lluvia o cascada), nace en la laguna (río) o brota del subsuelo (ojo de agua, manantial), cubre de vida la tierra y los océanos, trasciende y vuelve a aparecer pura y cristalina.
Como símbolo de vida, fertilidad, productividad, purificación, alegría y bienestar, el agua tuvo gran importancia para nuestros ancestros; era considerado un ser divino y se le rendía culto. En el Tawantinsuyo, en el mes de octubre, se celebraba el Oma Raymi (Fiesta del Agua); el cronista Guaman Poma perennizó el rito en el Calendario Inca designándolo Oma Raymi Quilla (mes de la fiesta de orígenes). Para minimizar o contrarrestar el masivo culto al agua, los españoles impusieron en fecha adelantada, el 8 de setiembre, la fiesta en honor a la Virgen de la Natividad.
EL AGUA : SER SAGRADO
La palabra «huanchay» está muy relacionada con el agua. El rastreo de este vínculo nos lleva hasta los mitos de creación y leyendas del Antiguo Perú, donde resulta evidente la importancia del agua como elemento sagrado de origen -- una leyenda nos dice que Manco Cápac y Mama Ocllo salieron del lago Titicaca; Nailamp, el fundador del reino Sicán, vino del mar--, vida y fecundidad; en lo que nos atañe, comenzaremos viendo el parecido estructural que existe entre «Huanchay» y los antiquísimos términos «huachac» y «huachaj», de la misma familia léxica del actual «wachay» (parir), para comprender y relacionar los significados.
En el mito de Urpay Huachac se cuenta el origen de los peces en el mar. Cuniraya, dios del campo --frustrado por no haber alcanzado a Cauillaca y su hijo, que se internaron en el mar transformándose en las actuales islas de San Pedro (Lurín, Lima)--, violó a una hija de Pachacamac y al intentar hacer lo mismo con la segunda ésta se transformó en paloma y voló, razón por la cual a su madre se le llamó Urpay Huachac (la que pare palomas). Más encolerizado al saber que Urpay Huachac estaba ausente porque había ido a visitar a Cauillaca, arrojó al océano los peces que criaba ella en un estanque; por aquella época no había peces en el mar. Desde entonces Urpay Huachac fue considerada diosa del mar y de los humedales, madre de los peces y de las aves marinas [7], siendo venerada principalmente por los pescadores.
Se cree que «huanchay» en realidad deriva de «huachaj», término de raigambre protoquechua, que significa: pantano, ojo de agua, lugar que siempre permanece húmedo.
Tal significado aparece en el vocabulario adjunto al relato de «La Laguna de Quingray Quero» [8], leyenda recogida por Juan L. Rocha en la región del Chinchaysuyo y publicada el año 1944 en la Revista del Museo Nacional. Allí la sinonimia entre «huachaj» y «pantano» (o «humedal») es muy clara: «junto al cerro de Quingray Quero, existe una enorme piedra de superficie plana y de color gris negro que está rodeado por un huachaj y totoras [...] en ese mismo sitio, hubo (antaño) una laguna muy grande y profunda que rodeaba a la piedra [...] En la profundidad de sus aguas, aseguran, habitaba un puma de oro, de tamaño extraordinario, que era ‘Illa’ (animal sagrado) de la región y ‘madre’ de la laguna».
En «Geomorfonimia Argentina»(Universidad Nacional de Tucumán, 1959), Alberto Vúletin señala: «Marjal es pantano en español y se dice en mapuche ñadi; en quichua huachaj, chúra y cúra». De modo similar, en «Quechuismos en algunas regiones de Colombia» (1980), Eduardo Unda Lozada registra: «Huacha. Pantano, ojo de agua, lugar que siempre permanece húmedo. Viene del quechua huachaj con el significado anterior».
Vocablos de cercano parentesco semántico con «huachaj» son «huachaque», «huanchaque» o «wachaque», usados de manera indistinta para referirse a: chacra hundida que se obtiene excavando el terreno hasta alcanzar el manto freático o agua subterránea; puquio, agua que brota del subsuelo; pantano, humedal; pozo, estanque, reservorio.
Wachaque es una palabra en lengua Cauqui --dialecto casi extinto del idioma Jaqaru, hermana del idioma Aymara--, que significa: «donde gotea el agua» [9]. De allí su uso para llamar así a un estanque o reservorio.
Un antiguo registro histórico nos indica que existió un vocablo similar en el Quingnam -- idioma del reino Chimú, que fue desplazado por el quechua del Chinchaysuyo--. En una carta, fechada el 5 de agosto de 1535, Francisco Pizarro le cuenta a Martín de Estete acerca del descubrimiento de la ciudadela de Chan Chan en 1534 y menciona entre otros términos quingnam el topónimo «guachaque» ( o huachaque), refiriéndose a la poza donde crece la totora [10]. Según el antropólogo Víctor Antonio Rodríguez Suy Suy, estudioso de la cultura Mochica --predecesora de Chimú--, el término original quingnam es «guachák», con el mismo significado.
Los chimús desarrollaron la técnica agrícola de chacras hundidas, wachaques, para sembrar principalmente la totora, usada en la fabricación de balsas conocidas como «caballitos de totora», el vehículo por excelencia de los pescadores en la antigüedad. Además, los chimús hicieron wachaques para almacenar agua pura, que eran reservorios considerados lugares sagrados; según el arqueólogo y antropólogo Francisco E. Iriarte Brenner: «En Chan Chan se denomina huachaque a los pozos que, casi alrededor de cien, sirvieron para obtener agua del subsuelo para el servicio doméstico de la población. También se les llama así a las lagunas y las zonas bajas y húmedas que están al sur de Chan Chan cerca al mar» [11].
Del análisis estructural de «huachac», «huachaque» y términos similares, vemos que la constante más sonora es la terminación que, sin duda, podemos asociar con la voz «ch’aq», sonido producido por la caída de gotas de agua en una caja sonora. Muchas palabras del quechua están compuestas de voces que reproducen los sonidos de la naturaleza; el más claro ejemplo para nuestro estudio es «phaqcha» (chorro, cascada de agua), que recoge «ch’aq» y el sonido «phaq», ruido del agua que cae sobre una superficie sólida.
Ya en el Lexicon, o Vocabulario de la lengua general de todo el Perú (1560), Fray Domingo de Santo Tomás había registrado «Paccha», con sus significados «fuente de agua, que sale de alto»; y «chorro de agua». En opinión del investigador Gregorio Paucar Salvador: «La cascada o salto grande de agua (en español catarata) adquiere el nombre de paqcha, porque el caer del agua produce sonidos como paq chaq, paq chaq» [12].
Por lo señalado en los párrafos que anteceden, podemos concluir que «huanchay» deriva tanto de «huachac», «huachaj» y «guachaque», palabras cuyo origen se remonta a la época precolombina y que hacen referencia en simultáneo a la madre uterina, al agua y al lugar donde se reproduce la vida. Inclusive, la Academia Mayor de la Lengua Quechua, registra un término bastante cercano, «wanchaq», señalando que para algunos investigadores este término viene de «wachaq: la que pare o procrea» [13].
Vía esta segunda corriente teórica, el significado del topónimo «huanchay» sería «lugar de donde viene el agua»; esto considerando que deriva de «huachac», palabra compuesta de «hua» (parte superior, lo sagrado o lugar sagrado) y «chaq» (sonido del agua, o simbólica y simplemente agua). Por aproximación significaría también «donde nace el agua».LA FIESTA DEL HUANCHACO
Lo cierto es que todas las rutas de investigación del nombre «huanchay» conducen a relacionarla con el agua: fuente de vida y ser sagrado. Otro dato que contribuye a reforzar precisamente ello es que en Cajamarca, actualmente, cada 8 de setiembre se celebra la Fiesta del Huanchaco ( o del Huanchac) denominándola ya como la Fiesta del Agua.
Como ya se ha indicado en la primera parte, los españoles hicieron lo posible por acabar con el culto al agua, pero no lo lograron. Actualmente la celebración es mixta. Antes de la fiesta los campesinos limpian las acequias y canales de riego, días después van a la ciudad para disfrutar de las danzas (los incaicos, los chunchos y las pallas) y asistir a la misa solemne en honor a la Santísima Virgen de la Natividad, a quien le piden lluvia suficiente para tener buenas cosechas. Como el agua, la Virgen de la Natividad representa el origen, el nacimiento y la fecundidad.
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[1] «en algún momento la voz /ua/ empezó a tener las aproximadamente equivalentes e importantes connotaciones de «tierra», «lugar de nacimiento», «territorio», «espacio en el que se vive», etc. Pero muy probablemente también, y quizá bastante más tarde, cuando cada patria tuvo nombre propio, /ua/ habría pasado entonces a ser un simple sustantivo con el que genéricamente se denotaba «lugar», «sitio», «espacio». Cualquier lugar, cualquier sitio, cualquier espacio». Klauer, A.: (2007) ¡Gua!, el insospechado origen del lenguaje, Edición electrónica gratuita. Texto completo en www.eumed.net/libros/2007b
[2] Diccionario quechua: Cuzco-Collao, Antonio Cusihuaman G., Ministerio de Educación/ Instituto de Estudios Peruanos, Lima, 1976.
[3] Hua. ‘parte superior’, ‘arriba’. Cf. Gonzales Holguin, p. 144: «Hahua. Sobre, o tras de, o después de» y «Hahua. Sobre y encima» (p.145). También Lira (p.234) trae: Háwa. ‘sobre’, ‘encima’, ‘encima de’, ‘tras’, ‘después de’ / Huan. «Ver huanpi Frase: Huaci huanpi, más arriba de casa, etc.» MG (L, 130) / Huanpi. «Por encima de, más arriba de» (L,132). Podría analizarse así: hua-n-pi ‘en su parte superior’ (Cuadernos del Instituto de Investigaciones Folklóricas, Volúmenes 3-4, pp. 210 y 211, Argentina, 1962).
[4] «El Hawa Pacha es el primer mundo; aquel gran Océano del Cosmos donde vibran los tiempos y los grandes sistemas galácticos que no se ven, pero existen. Es el universo invisible que ocupa un espacio y un tiempo diferentes. Está más allá de nuestros sentidos y existe, aunque los ojos humanos no sean capaces de percibirlo» (Federico García y Pilar Roca, Pachakuteq: una aproximación a la cosmovisión andina, Lima, Lumbrera Editores, 2004, p. 27) https://es.scribd.com/doc/87409455/Pahakuteq-Ninanturmanya-La-raiz-sagrada-WA-y-los-ciclos-cósmicos
[5] Ibid
[6] «el agua es un ser vivificante y fecundante. Sin agua no hay vida [...] Así, para las culturas andinas, el riego es una recreación del agua, una modalidad en que el agua es criada. En la cosmovisión campesina andina el agua es un ser vivo, es una persona que habita el paisaje o el pacha. Está por tanto ligada a la ritualidad y a las creencias». (Aguas y acequias: los derechos al agua y la gestión campesina de riego en los Andes bolivianos, Gerben Gerbrandy - Paul Hoogendam, Plural editores, Bolivia, 1998).
[7] María Rostworowski, Pachacamac y el Señor de los Milagros: una trayectoria milenaria, Segunda edición, IEP, 2002. -- Pachacamac, Obras completas de María Rostworowski, Volumen II, IEP, 2002.
[8] Revista del Museo Naciional, tomo XIII, Lima, 1944, pp. 89-92
[9] Perú en cifras, 1944-1945 Darío Sainte Marie. Empresa gráfica Scheuch S.A., 1945, p. 16.
[10] Portal de Chiquitoy, p. 8. http://chiquitoy.net/index.php?option=com_content&view
[11] Actas y trabajos, VI Congreso Peruano: Hombre y Cultura Andina, UIGV-Facultad de Ciencias Sociales, 1985, p.152.
[12] Artículo: El Kichwa: ¿Origen motivado o convencional?, Lic. Gregorio Paucar Salvador, diario Hoy-Huánuco, 28 Feb. de 2014, p.7. http://issuu.com/hoyperu/docs/hoy_viernes_28_de_febrero_2014
[13] Diccionario Simi Taqe, Quechua-Español-Quechua, Academia Mayor de la Lengua Quechua, Gobierno Regional Cusco, 2005
[14] Entrevista del 12 Set. 2013 - http://www.panoramacajamarquino.com/noticia/los-chunchos-de-cajamarca-ofrenda-mágico
[16] Ibid
*Fotos: Cortesía de Huacrachuco Huanchay, Facebook.