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viernes, 8 de diciembre de 2017

Atractivo turístico de Gochachilca

GALLO RUMI: EL ENCANTO DE UN PEDREGAL
Es un lugar turístico ubicado en el paraje conocido como Ponto, en la parte alta de Gochachilca (Huacrachuco, Marañón, Huánuco). Se dice que allí, en lo que ahora es un pedregal, hace mucho tiempo existió un pueblo llamado Ponto, donde vivían hacendados muy ricos pero nada bondadosos con la gente humilde. Según cuenta la leyenda, Dios bajó a ese pueblo convertido en un anciano andrajoso [1] que suplicaba le dieran algún alimento, pero fue despreciado por su apariencia, insultado y echado de todos lados hasta con perros; sintiendo inmensa pena de comprobar que todos tenían el corazón duro, el anciano se fue caminando lentamente por el cerro conocido como Ponto Laja; por la noche, una torrencial lluvia acompañada de truenos y relámpagos cayó sobre el pueblo, precediendo el trágico final: una parte de Ponto Laja se desprendió y miles de piedras cayeron sepultando por completo lo que alguna vez fue Ponto, el pueblo de prósperos pero mezquinos hacendados. 
Al centro del extenso ´pedregal, una formación pétrea que semeja la cabeza de un gallo y una enorme roca que se muestra imponente apuntando al cielo conforman el conjunto denominado Gallo Rumi (gallo de piedra), nombre con el que es conocido todo el lugar. Sobre las piedras hay vida vegetal: cactáceas, achupallas y plantas silvestres medicinales  como la calaguala (utilizada para las infecciones vaginales, urinarias y prostáticas), el garamatish o matico (desinflamante) y la congona (indicado para curar úlceras gástricas). También hay vizcachas, animalitos silvestres parecidos al conejo que tienen sus madrigueras entre las rocas y sólo se dejan ver al amanecer o al atardecer.

Desde Gallo Rumi se tiene una vista panorámica espectacular de Huacrachuco centro, Callapitish, Shagapay, Panacocha, el mirador Marco, Yamos, Quillabamba, Marcopata y otros pueblos del fértil valle huanuqueño.


Sobre las piedras crecen las achupallas y diversas especies de helecho,
entre las que destaca la calaguala.

 Especie cactácea conocida como "pumaqorotan" (testículo de puma) o "cuchi cuchi".
Pertenece al género mammilliaria, cactus de forma esférica cuyo fruto recubierto
de cerdas espinosas es comestible; puede alcanzar una altura
de 20 cm y sus hermosas flores son rosadas.

La Congona. Antiinflamatorio y cicatrizante natural, indicado en extracto
para curar úlceras gástricas


Ankokash o anku kasha, variedad de espina que se usa como leña; alumbra como vela. 



Huacrachuco, distrito y capital de Marañón, visto desde Gallo Rumi


Al pie de Ponto Laja y al lado de Gallo Rumi, se halla el villorrio de Ponto.




viernes, 30 de diciembre de 2016

APROXIMACIÓN AL SIGNIFICADO DEL NOMBRE «SHAGAPAY»


En la parte alta y más próxima de Huacrachuco, distrito y capital de la provincia Marañón (Huánuco), se halla el pueblo andino de Shagapay, conocido también como San Cristóbal. La búsqueda etimológica del nombre «shagapay» nos conduce a cuatro vertientes teóricas:

a) Por la pronunciación, «shagapay» puede considerarse una variante fonética del término quechua «chaqpay», que significa «nacer de pie»[1]. Tomemos en cuenta que las palabras sufren modificaciones o variaciones en su pronunciación, especialmente cuando llegan migrantes o se producen cambios político-sociales bruscos en una región; en la provincia Marañón se dio este fenómeno. Además, los nombres de muchos pueblos de Huacrachuco aluden al agua (Huanchay, llega el agua sagrada; Gochachilca, laguna rodeada de chilca), a la tierra (Quillabamba, pampa de la luna; Waripampa, pampa de vicuñas) o a la fertilidad (Huachaj, la que pare).

b) Por la semejanza en la escritura y pronunciación, «shagapay» también guarda relación con la palabra quechua «chakapay» [2], que significa «colocar vigas a modo de travesaño» (de ‘chaka’, puente). Consideremos que en cada invierno el río Saltana, que baja por la quebrada de Shagapay, antaño se llevaba el puente de palos o tablas que se colocaba.

c) Por idéntica grafía, «shagapay» proviene de «shagapa», una planta altoandina cuyas flores son de color amarillo patito [3] en algunas zonas, mientras que en otras son rosadas y moradas [4]. Con el sufijo «y», «shagapay» significa «mi shagapa» o «mi flor shagapa». Sin embargo, la aludida planta silvestre no existe hoy en las alturas de Shagapay, siendo considerada una especie extinta; los viejos shagapaínos dicen que no han conocido la shagapa, pero sí han recibido por transmisión oral de sus progenitores la mención de esa planta de hermosas flores amarillas que crecía entre las peñas y parajes de la altura. Cabe mencionar, por añadidura, que una canción muy popular en Ancash y Huánuco se denomina «Shagapita huayta», en español «ramillete de florcitas de shagapa».

d) Por la similitud en la grafía y formas de pronunciación que revelan un nexo de familiaridad léxica, «shagapay» deriva del vocablo quechua «shakapa», «shacapa» o «shaqapa», árbol de la selva [5] cuyos frutos sirven de cascabel [6]; con el plural de estos términos y también con su variante «shagapas» se designa a los mismos cascabeles de semillas o pepas secas que, colocadas sobre pedazos de piel de res u otro material, hacen sonar en las pantorrilas los bailarines de la danza típica de los Shagapas, Shaqapas o simplemente Shacshas, cuya predecesora fue una danza guerrera [7]. Y es que el origen del término «shakapa» se remonta a la época prehispánica, prueba de ello es el registro de la palabra «xacapa», cascabel, en el Lexicon, o Vocabulario de la lengua general del Perú (1560), de Fray Domingo de Santo Tomás. Una de las variantes en la pronunciación del término original «xacapa» o «shaqapa» es justamente «shagapa», propiciada también por los españoles, quienes al traducir las palabras de nuestro idioma nativo al suyo cambiaron la «q», por la «g», como ocurrió con «Kuntur Qaqa» (cóndor en la peña) que pasó a llamarse «Condorgaga». Es así que «shagapay», mediante esta vertiente teórica significa, con el sufijo posesivo «y», «mi cascabel»; y, en la forma verbal ,«hacer sonar los cascabeles» o «cascabelear».

Lo curioso es que la danza típica de Shagapay no es la de los Shacshas, sino los Monterillos, cuya peculiar similitud con sus pares de la otra danza es que también usan cascabeles, pero estos son de metal. La danza de los Monterillos es también muy antigua y resulta obvio que estos danzantes tuvieron que usar al principio los cascabeles de shaqapa, porque los aborígenes no conocían los cascabeles de metal. Además, los testimonios de viejos pobladores de Huacrachuco dan cuenta que la danza de los Shacshas salía del barrio de Santo Domingo (extremo de Huacrachuco); por la poca disposición de los criollos para la danza y por la cercanía con Shagapay, es de suponer que los shagapaínos eran convocados para bailar. Después, ante la necesidad de contar con una danza propia, los pobladores de Shagapay sacan los Monterillos, que sin duda renació o fue producto del mestizaje cultural y ya tenía fuerte arraigo en los pueblos patacinos de Huancaspata y Chilia, así como en el pueblo marañonense de Huambo, donde funcionaba una importante parroquia religiosa.

Entre las cuatro teorías, considero que tienen mayor asidero las dos últimas, siendo imposible descartar absolutamente una de ellas.

[1] Diccionario Simi Taqe, Academia Mayor de la Lengua Quechua, Cusco, 2005.
[2] Ibid.
[3] Límber Rivera, Las cordilleras Raura y Huayhuash: su importancia geoeconómica, Instituto de Investigación y Desarrollo Comunal, 2003, p. 61.
[4] Geografía física y organización del III Congreso Nacional de Geografía, Iquitos, volumen 4, 1967, p. 141.
[5] Francisco Izquierdo Ríos, Pueblo y bosque: folklore amazónico, 1975, p. 263.
[6] Diccionario electrónico Quechua Ancashino de Francisco Carranza. http://www.romanistik.uni-mainz.de/que…/plantas_quechua3.HTM

Agradecimientos: A Teofilina Villaorduña Caldas, Rosalina Villanueva Malqui y Teodoro Casiano Payajo.