lunes, 24 de diciembre de 2018

Marzo de 2017. Evangelina Chamorro Ríos sobrevivió al huayco que cayó en Punta Hermosa, Lima, Perú..

RESCATE
 
POEMA XL
 
¡Sigan el cuerpo que se lleva la corriente!
Es una vida que pasa llamándonos
con todas sus respuestas a los golpes,

con toda su lucha en remolino.
Corramos orillando el peligro.
¡Griten hacia abajo! ¡Griten por ambas bandas!
Vamos a detener la angustia, el dolor,
cortar la escena de horror,
¡vamos a quitarle el bocado al río!
En crecida él no sabe lo que hace.
 
 
¡Alcancen las cuerdas guía!
¡Pongan el brazo, la mirada,
el coraje hermanos!
Que se sumerja la energía solidaria,
para calmar los convulsos corazones
y rescatar del lodo los talones.
Plantémonos como árboles centenarios
en fila, en eses,
en rombos, en círculos,
en zeta figuras que permitan
a los ojos encontrar los ojos,
a los dedos alcanzar los dedos,
a nuestros esqueletos ayudar a otros.
 

¡Abrázate a mi tronco, caminemos hermano!
A mordiscos de agua tu casa ha caído.
No hay cama, no hay techo, no hay calma,
pero respiras y tus heridas sanarán,
¡estás vivo hermano!, mirándole la cara al cielo,
las ramas desmayadas al árbol sobreviviente,
la cola inquieta al perrito, los pies ligeros al vecino
y el perfil al trabajo por hacer adentro y afuera.
Tranquilo, el futuro puede empezar mañana,
desde tus escamas de barro.

  
Aunque el miedo pasa flotando igual que la muerte
y te has quedado solo aquí, ¡no te rompas!
Sobre las nubes tienes ángeles cercanos.
Has perdido la casa, ¡levantaremos otra!
No tendrás cosecha, ¡sembraremos de nuevo!
No tienes dinero, ¡hay al menos un oficio en la sesera!
Al parecer te faltan todos y nada posees.
¡Pero te tienes a ti, hermano!
Y tienes las fuerzas de nosotros que somos tú
multiplicado por dos, por diez, por cien, por mil.
 

Arrópate con el sufrimiento y llora,
¡vacíate a jarros, a baldes!
Estás inundado y débil... ¡No te rindas!.
Al margen del río manso,
cercado por los charcos y la escasez,
te toca navegar por la corriente de minutos
para construirte una segunda vida.
Eres planta con las raíces vivas, ¡volverás a florecer!
Siempre habrá una rama índice apuntando a la primavera.
¡Estás vivo, hermano, hay que seguir!.
Si tú que hoy estás todo doblado te estiras
y comienzas a levantarte hermano,
todos los damnificados lo harán.


¡Vamos hermanos de fuerza, de causa, de fe!
Seamos su sostén para que no se abandonen,
alcancémosles el abrigo de la esperanza
y una oportunidad a manos abiertas.
Tal vez mañana seamos nosotros los abatidos.
Porque no hay lugar ni destino cierto,
cuando el desastre nos cubre hasta los hombros.
Hermanos solidarios: seamos el agua para la sed.
 

Nos llaman, quieren recogernos, nos topan
algunos de los miles de caminos de ayuda.
Demos un paso cada uno y nacerá la red.
No dejemos afuera de nosotros 
a quienes todo lo perdieron,
lleguemos a ellos, una y otra vez,
hasta que todos estén de regreso:
con un lejano dolor en el corazón cicatrizado,
con un indescifrable nuevo brillo en la mirada,
caminando por sí mismos.




© All rights reserved, 2018.




 

lunes, 3 de diciembre de 2018

 
 

¡ OH,  APUS !

 
¡Oh, montañas omniscientes!
Hermanas mayores sobre la Tierra,
cuántos secretos sabéis,
a cuántas criaturas habréis visto hasta el esqueleto,
cuántas novedades os traerá del infinito el tiempo
y cuánta fuerza tendréis aún reservada
para repetir el plegamiento.


¡Oh, apus!. Conos sedentarios,
de ojos ocultos al humano silvestre.
Seres protectores,
de voz que doblega la mano que hiere.
Vigilantes que contenéis tres reinos.
Os respeto por dialogar como sensatos jircas
y poner los elementos de la naturaleza en su sitio.



¡Oh, dioses tutelares de lengua universal!
Mis pies están a gusto en vuestros predios,
mi centro está conectado con el punto eje de las cimas,
donde se cruzan los fulgores del poder divino.
Soy un animal creativo en las faldas de tierra y roca;
un diminuto ser racional en las bases, cruzando ríos;
y un gigante feliz en las cumbres, tocando el cielo.



 
La medida de mi edad señala mi pequeñez.
Siendo solo una ramita reciente
en el árbol genealógico de los patriarcas, os adoro,
con ruegos y ofrendas que han atravesado siglos.
¡Oh, cerros vivientes!, os pido amparo afuera de mí,
esparcid sobre los pueblos algo de vuestra energía.
Así, el péndulo de la vida oscilará suavemente.



© All rights reserved, 2018. 
 

Apu Shampumay, uno de los dioses tutelares de Huacrachuco (Marañón, Huánuco).
Se halla entre los pueblos de Quillabamba y Huanchay.

El majestuoso apu Shampumay.
 
 
APU MARCO. El magnífico mirador de Huacrachuco.
 

martes, 16 de octubre de 2018




CASTILLO SUSUPILLO

En tu cuerpo de piedra y barro
se alojan,
duermen y despiertan con el llamado del Sol,
la raza, la sabiduría y el poder yarowilca.
Castillo de Tantamayo, rascacielo
en pie de guerra,
sigues inconquistable en la comarca,
con el feroz grito de tus ventanas,
con la divinidad presente
en tu franja de cuarzo blanco.


Tus centinelas dominan
el territorio desde las atalayas,
los hombres abren surcos con tu venia,
las mujeres hilan, cocinan, tienen el valor en ristre.
Pasa la voz
del agua por los acueductos,
toman aire
las carnes curadas con la sal del Huallaga,
esperan el hambre
de las barrigas, los granos y tubérculos.

Dentro de tu ciudad-fortaleza todos empequeñecen;
es natural perder tamaño,
si frente a ti
hasta se achicó el arrojo
de los Incas y de los invasores blancos.
Son tiempos de paz,
no hay enemigos por el Marañón.
Castillo Susupillo,
tu gran nombre recorre la tierra y los amarus,
tienes el peso histórico de un Señor Yarowilca.
Sigues sólido en el núcleo del imperio,
siendo casa, cuartel, torre de alto respeto.
Tu feudo está intacto,
tuyas son las punas, las cumbres, los abismos.

Llego a ti
como quien sigue un rastro,
una delgada raíz que va por el uku pacha
y atraviesa tus tres murallas de defensa.
Te veo
y me traslado al principio de tus mil años.
Te toco
y mi estatura se prolonga a tu altura de gigante.
Te escalo
y sé que voy al cielo por la ruta del caracol.
Te remiro
y tierra abajo camino,
llevándome
toda la energía recibida de tus cinco pisos.


© All rights reserved, 2018

El castillo Susupillo forma parte del complejo arqueológico del mismo nombre, situado a 4.100 m s. n. m., en el distrito de Tantamayo, provincia Huamalíes, Huánuco.  
Fotografía: Abel Ramírez Bravo (Facebook)