domingo, 30 de diciembre de 2018




MARÍA EMILIA, «LA MUCHACHA MALA» EN ARGENTINA
Cuarta edición de En la mitad del camino recorrido.Editorial
Todos Leemos, Buenos Aires-Argentina.2018, 98 pp.
A mediados de este año se publicó por primera vez en Argentina, mediante la editorial Todos Leemos, el poemario «En la mitad del camino recorrido» de María Emilia Cornejo (1949 -1972), figura de la generación del 70. La publicación, ciertamente, viene a revalorar una vez más la voz inmortal de la poetisa que irrumpió con bandera blanca en las letras peruanas, reclamando para la mujer un espacio digno al costado de sus pares hombres; su espontáneo canto de libertad, nutrido a la vez de pureza, gracia y sensualidad, removió los cimientos de la conservadora sociedad limeña y contribuyó a la igualdad de género en el país.

María Emilia poseía una voz diferente, contestataria, aquella capaz de enfrentarse a la cucufatería, al machismo y a la hipocresía de la época. Hacía falta que alguien alzara la voz y la historia determinó que le tocara a ella hacerlo. Es considerada la creadora de la poesía erótica en el Perú y referente importante de la poesía femenina latinoamericana, que hoy tiene muchas vertientes.

Se fue hace 46 años. Una pena que muriera tan joven. A los 23 años, en setiembre de 1972, decidió irse del mundo físico, vía la sobredosis de pastillas. Atravesaba una situación psicológica muy difícil: su deseo de ser madre se había roto en pedacitos; se cuenta que la pérdida de su bebé, a los tres meses de embarazo, habría agudizado el cuadro de depresión crónica que sufría.


Hasta el momento de su muerte, ella era sólo una estudiante de literatura que estaba en proceso de maduración poética. De 1970 a 1972, participó del taller de poesía que dictaban en San Marcos los poetas Hildebrando Pérez y Marco Martos, siendo una estudiante irregular. Sus versos, que años más tarde se supo tuvieron su primer registro en cuadernos íntimos, sólo eran conocidos por sus amigos más cercanos; algo de esa producción literaria, sin duda, llegó al taller.

De aquellos días de aprendizaje son los datos biográficos que ella misma escribió y dejó para la posteridad: "Nací en Lima hace 21 años. Vivo en Lima y cuando salgo siempre vuelvo a ella. Escribo desde temprana edad, con breves y largas interrupciones. A mi estancia en tierras mexicanas debo el haber empezado a escribir más o menos disciplinadamente. Actualmente trabajo y trato de estudiar un poco en la universidad, aunque sé que terminaré siendo siempre autodidacta" (Plaqueta literaria Gesta N-2, Octubre de 1970, Centro de Estudiantes de Literatura, UNMSM).
Lo primero que se conoció de María Emilia Cornejo fueron tres poemas póstumos, publicados por Isaac Rupay en el único número de la revista Eros, en agosto de 1973: «Soy la muchacha mala de la historia», «Como tú lo estableciste» y «Tímida y avergonzada». Después se supo que estos poemas fueron armados sobre versos sueltos de MEC por José Rosas Ribeyro y Elqui Burgos, alentados por el poeta Hildebrando Pérez Grande, quien les entregó los originales que tenía de su fallecida alumna; era una forma de homenajearla.

Su voz debía ser rescatada, porque tenía demasiado valor para ser ignorada. El propio Rosas Ribeyro, quien rompió su silencio en el año 2007, no le resta mérito a la autora primigenia: «La verdad sobre su origen, dicha con el respeto que merece una mujer que asumió con coraje su naufragio existencial, le confiere [a los poemas] mayor complejidad y riqueza». Con el paso del tiempo, los tres poemas emblemáticos hicieron famosa a la poetisa.
«Los poemas de María Emilia han crecido desde entonces ante los lectores y seguirán creciendo más sin duda alguna: es más, creo que alcanzarán alturas insospechadas al margen de las acertadas propuestas o enmiendas que en ese entonces José y Elqui le alcanzaron a la muchacha mala de la historia. El tiempo ha legitimado su autoría. En el imaginario y en el paisaje de la poesía escrita por mujeres en el Perú, siempre estarán fundidos aquellos poemas con la imagen de aquella joven que, una tarde sin nombre, ingresara al Taller de Poesía de San Marcos envuelta en el humo azabache de su cabellera nocturna» [Hildebrando Pérez, Revista Intermezzo tropical 5, Lima, 2007, pp. 124-127].

Primera edición, 1989.
La primera edición de «En la mitad del camino recorrido», libro póstumo de María Emilia Cornejo que consta de 31 poemas en cinco secuencias, fue publicada en octubre de 1989 por el Centro Flora Tristán, con la colaboración de su hermana gemela Ana María Cornejo y el apoyo de CONCYTEC. El lanzamiento causó un impacto tremendo, se puede decir que fue como el más fuerte grito de presencia de la mujer en los ámbitos intelectuales y sociales.
«En los pocos poemas que logró escribir, dio un vuelco a la poesía peruana escrita por mujeres", afirma el poeta Marco Martos, quien revisó los originales para la impresión del libro.
«[MEC] logró darle un nuevo giro a la poética de la década anterior, siendo la primera en poetizar la sexualidad femenina y de testimoniar, con crudo realismo, los desgarramientos de una mujer que pertenece a una generación de ruptura. Con su palabra, abrió el camino para que otras mujeres podamos expresarnos con más libertad, con menos culpa» (Presentación escrita por Mariella Sala, del Centro Flora Tristán, Primera edición del libro, 1989, p.8 ).
Sorprende la expresión desinhibida, la fuerza y finura de una voz salida de lo más profundo del ser: una poesía de tipo íntimo, lo que se suele llamar personal o confesional. Fascina el erotismo genuino que, una vez liberado del mundo interno de la escritora, parece expandirse por los espacios cotidianos de la ciudad, tocando entre líneas la hipocresía social.
María Emilia Cornejo es, qué duda cabe, un personaje complejo: «la muchacha mala de la historia», la joven tierna y sensual, desenvuelta y provocadora, pero también la mujer desgarrada por sus conflictos internos, con ansias de exteriorizar su soledad y sus miedos, de ser escuchada y comprendida.
A continuación sus versos:

I

Hubiéramos querido tener en nuestras manos
la eternidad de nuestras vidas
pero sólo nos era permitido
ocupar el cuarto por tres horas.
La vieja cama rechinó hiriendo nuestros oídos,
para entonces ya nada importaba.
con las precauciones del caso
cara-a-cara
intentamos recuperar nuestro destino
y nos amamos desesperadamente.
yo
todavía conservo
una mata de tu pelo entre mis piernas.

TÍMIDA Y AVERGONZADA

tímida y avergonzada
dejé que quitaras lentamente mis vestidos,
desnuda
sin saber qué hacer y muerta de frío
me acomodé entre tus piernas
¿es la primera vez?
preguntaste,
sólo pude llorar.
oí que me decías que todo iba a salir bien
que no me preocupara,
yo recordaba las largas discusiones de mis padres,
el desesperado llanto de mi madre
y su voz diciéndome:
«nunca confíes en los hombres».
Comprendiste mi dolor
y con infinita ternura
cubriste mi cuerpo con tu cuerpo,
tienes que abrir las piernas, murmuraste,
y yo me sentí torpe y desolada.

COMO TÚ LO ESTABLECISTE


sola,
descubro que mi vida transcurrió perfectamente
como tú lo estableciste.
ahora
cuando la sensación de algo inacabado,
inacabado y ajeno
invade de escrúpulos mis buenas intenciones,
sólo ahora
cuando me siento en la mitad de todos mis caminos
atada a frases hechas
a cosas que se hacen por haberlas aprendido
como se aprende una lección de historia,
puedo pensar
que de nada sirvieron los consejos
ni las interminables conversaciones con tu madre,
y esas largas horas de mi vida
perdidas
en aprendizajes extraños
sobre pesas y medidas,
colores
y
sabores
y
en el vano intento de ir tras el sol
tras el vuelo de los pájaros,
de repente quiero acabar
con mi baño de todas las mañanas,
con el café pasado,
con mi agenda cuidadosamente estructurada
de citas y visitas
a las que asisto puntualmente;
pero es tarde
hace frío
y estoy sola.


SOY LA MUCHACHA MALA DE LA HISTORIA
 

soy
la muchacha mala de la historia,
la que fornicó con tres hombres
y le sacó cuernos a su marido.
soy la mujer
que lo engañó cotidianamente
por un miserable plato de lentejas,
la que le quitó lentamente su ropaje de bondad
hasta convertirlo en una piedra
negra y estéril,
soy la mujer que lo castró
con infinitos gestos de ternura
y gemidos falsos en la cama.
soy
la muchacha mala de la historia.
 




NOTA DEL AUTOR: La primera vez que escuché hablar de Marìa Emilia Cornejo fue en el patio de la Facultad de Letras de la UNMSM, a finales de 1989. Algo sonrojadas, un grupo de chicas de Literatura leían juntas los versos atrevidos, «eróticos», de una sanmarquina; hacían muecas y sonreían, se miraban, releían líneas y no paraban de hojear un ejemplar de «En la mitad del camino recorrido», libro póstumo de la poetisa.

No leí el libro sino hasta varios años después. Me sorprendió la forma descarnada de exponer su propio erotismo, yendo a contracorriente de la hipocresía social que reprobaba; descubrí a la muchacha tierna y rebelde que halló en la literatura una vía para comunicar su visión crítica del mundo, su amor y romance encorsetados, su grito de libertad desde la intimidad.

Se considera a MEC la voz de la generación del 70, junto a Carmen Ollé (Noches de adrenalina, 1981), y Sonia Luz Carrillo; también la precursora de la generación de poetisas del 80 como Rocío Silva Santisteban, Mariela Dreyfus, Giovanna Pollarolo y Doris Moromisato.
 

 
RENÉ  FRANÇOIS  GHISLAIN  MAGRITTE 
 (1898 - 1967)

René Magritte creó un magnífico lenguaje pictórico para revelarnos no sólo los significados que se hallan ocultos detrás de la realidad, sino también un mundo de fantasía enriquecido de sueños y emociones. El misterio de las imágenes de este pintor surrealista belga lleva al espectador, necesariamente, del asombro inicial a la reflexión y al descubrimiento de nuevas ideas. El mismo se autodefinía así: «No soy un artista, soy un hombre que piensa».
 
Un cuadro no podía ser un simple objeto colgado en la pared. Debía «tener vida», un lenguaje propio que provoque reflexiones, preguntas y respuestas. René Magritte concibió cada uno de sus cuadros como una fuente de ideas, conceptos y significados que podían variar de acuerdo a la idiosincracia del espectador; en la tarea preconceptual no estuvo solo, se nutrió del aporte de ideas de un grupo de amigos de la infancia, todos ellos intelectuales belgas.
 
El genio siempre buscó reinventar el mundo que lo rodeaba, se cuestionaba las cosas y logró plasmar en imágenes un contenido pictórico revolucionario. Sus obras alteran los conceptos que tenemos, interrumpe los circuitos de pensamiento lógico, traspasa las barreras psicológicas, logrando así trasladarnos por instantes a un mundo fantástico donde hay un orden distinto de las cosas.


Le Cicerone, 1947. Este óleo cuestiona el orden establecido. Están presentes las ideas de dominio
imperial, política direccionada, tecnología-poder y el absurdo lenguaje de la violencia (represión,
guerra). Nótese las pequeñas piezas desorientadas y en actitud pasiva; podría pensarse que
representan el temor, la falta de libertad y la dependencia --en algunos casos interesada--
de los países "aliados" o "dominados" ante un supra poder político-económico
que controla los destinos del mundo.

Enlaces peligrosos, 1926

Infinita gratitud, 1963

El arte de vivir, 1967

La clarividencia, 1936


La gran familia, 1963
   
Los amantes, 1928
 
Los derechos del hombre, 1947
 

El cuarto de baño de vidrio, 1946


El castillo de los Pirineos, 1959

sábado, 29 de diciembre de 2018

KUSH: LA METÁFORA SOBRE EL LIENZO

 
Un cuadro puede hacernos viajar por mundos fantásticos, donde no hay lugar para lo imposible, porque cada figura está anclada en la realidad. ¿Es esto posible?. ¡Sí!. Hay un artista plástico de excelso numen que plasma metáforas sobre el lienzo.

Ese es el caso de Vladimir Kush (Rusia, 1965), un pintor surrealista contemporáneo que ha logrado la conexión perfecta del mundo de la fantasía con la realidad, poniendo los episodios, los objetos, los escenarios y los tiempos en una perspectiva que desafía nuestra interpretación. Combina historia, mitología, filosofía y la naturaleza de las cosas, configurando una obra pictórica que incide en hacer visible lo oculto, en armonizar lo evidente con lo inesperado, en proponer belleza y un mensaje trascendente a través de las figuras, en plantear formas diferentes de ver el mundo. Él mismo denomina su trabajo como «realismo metafórico».

«La metáfora deja la mente abierta para captar la semejanza oculta de las cosas y eventos. Cualquier metáfora tiene su propia historia que contar. La metáfora ‘ve’ a través de los siglos, desvelando las imágenes del mundo y conectando las nociones creadas por la civilización. Al mismo tiempo, la metáfora puede reflejar fácilmente las complejidades de nuestra vida moderna, con su ambigüedad y contradicciones. Mi misión es encontrar un ‘paralelo’ metafórico para cada lado de la vida real».

Kush comenzó a dibujar y pintar a los 3 años, acompañado por su padre. A los 7 ingresó a la escuela de arte y a los 17 estuvo en el Instituto de Arte de Moscú. Rápidamente pasó de la pintura elemental a una propuesta personal de vanguardia, cuyas primeras muestras aparecerían en los pósters de propaganda que creó en su temporada de servicio en el ejército ruso.

Ya graduado en Bellas Artes, Kush se ganaba la vida como un modesto retratista, sin sospechar siquiera que años después el mundo lo reconocería como genio. El camino al éxito se inició en 1990, en Coburg, Alemania, donde casi todas sus pinturas se vendieron; con el dinero ganado se fue a Los Ángeles y se dedicó a pintar retratos en los muelles, hasta que pudo llegar a Hawaii, el lugar de sus sueños. En 1993, un viajero de Francia se dio cuenta del inmenso valor de su original trabajo y lo llevó a exponer en Hong Kong, obteniendo éxito rotundo. En adelante, continuó cosechando elogios y premios; sus «pinturas para pensar» lo hicieron cada vez más famoso, siendo considerado uno de los pintores más importantes de la actualidad. Fruto de su trabajo son también las cuatro galerías de arte que tiene en Estados Unidos.

Hay un lenguaje poético sobre el lienzo. Cada cuadro de Kush origina en el espectador el viaje a través de mundos paralelos, contrastes emocionales, en fin, pensamientos en diversas direcciones. Pero siempre, entre las figuras increíblemente asociadas, se desprenderá por lo menos un mensaje claro; allí radica otro aspecto esencial de la genialidad de este artista ruso.
 
 
Amanecer en el océano


Bolso rojo
 

Ascenso del espíritu

 
Diario de descubrimientos
 

El ojo de la aguja
 
 
Mitología de los océanos y los cielos, 2011
 
 
Pros y contras

 
Viajero. Las casas son sitios transitorios, de cambios e intercambios, de bienvenidas y despedidas,
donde llegamos, descargamos y en un momento determinado abandonamos llevándonos algo
o mucho de allí. Son como maletas que contienen parte de nuestras pertenencias
y vivencias, maletas que esperan.

 
Nuez del edén

 
Pendientes de la Reina
 
 
Satélite alado
 

Ciudad junto al mar. Un pulpo iluminado, despidiendo su tinta de contaminación.
 
 
Nacimiento del amor

 
Música de los bosques

 
La isla del tesoro. El imaginario lugar donde la riqueza está presente en todo
lo que existe; es tan bello que el humano codicioso no debe llegar a él, para
que la naturaleza pródiga en oro y piedras preciosas permanezca inalterable.
 
 
Por nuestro tiempo juntos. La celebración del aniversario toma
forma de copa para realzar el tiempo transcurrido y el romance.

 
Bailarina de Hibiscus