jueves, 10 de enero de 2013


HETAIRA


Por el filo de los caminos
van tus años juntos
dejando rastros de olvido.
Mujer de ósculos breves
y ternura sumisa a media luz.
¿Cuándo te perdiste en el bosque?
¿Por qué prefieres cruzar a nado los ríos?
O debiera preguntar:
¿Por qué dejas que tantos hombres
incendien tus praderas, anulando tu valía?
¿Por qué elegiste la ruta de los volcanes
para escapar de los temblores de tu vida?
¿Por qué estás en el último puerto, bella,
si ni siquiera has cumplido veinticinco?

 
Cuando tus ojos descansan,
¿hacia dónde lleva la marea tu barca?
¿Son tus viajes agrietados por los recuerdos?
Dormida o despierta,
ellos, los incendiarios con ridículas caretas,
¿siempre están allí?.¡Terrible omnipresencia!
¡Cuántos te buscaron!¡Qué pocos te hallaron!
Vino el mozuelo salido de un iglú
y lo besaste como a un príncipe hindú.
Varones sin nombre quisieron sitiarte
más allá de tus fronteras,
sólo conquistaron el sexo de la hembra.
Tus gobernantes electos
te amaron en la cama que no era suya,
llenando tus pedidos huyeron para siempre.
 

Eres amante nómade,
adelantada rival de encantos femeniles,
bandera ajada en cada batalla de seducción.
Llamaradas de suerte te alegran,
te tocan ases y reyes en el póquer del amor,
al final de la noche nunca te vas vencedora.
Ni las lágrimas derramadas en el horizonte
ni tu ingenio para ocultarte en prendas y lugares,
pueden partir tu realidad y desaparecer una mitad.
Continúas existiendo con enana importancia.
Siendo la cruz en tantas esquinas,
nadie se acerca para rescatarte,
nadie para adorarte lejos del presente,
con todo tu universo.
 

¿Hasta cuándo secreta hetaira
estarás huyendo del salón con los recién llegados?
Un vecino te ve parada
en medio de todas las puertas,
guarda el dolor en su lado izquierdo, igual que tú,
el ocasional espía no ha dicho una palabra.
Los niños se fragmentarían por dentro,
con la pena recorriendo todos sus momentos,
si supieran que su flor más bella
se halla entre espinas.
¿Cuándo volverá a casa la dignidad
que vendiste a tu vida paralela?
Ya es tiempo amiga, hermana, hija, madre,
de recoger tu desnudez y ser libre.
Olvida los pestañeos y sonrisas de último orden,
no vuelvas la mirada a tu cárcel,
escapa cual pez de milenaria laguna.


Un atajo tomado entre dos luces
puede conducir a un camino nuevo.
Si avanzas con el orgullo levantado
algún amigo firmará la paz contigo,
y una tarde el arco iris se pondrá
sobre ustedes con los niños en el parque.


Dos mujeres en el lienzo: La pieza de ajedrez, del canadiense Víctor
Ostrovsky; y 
Secreto, óleo de la polaca Elzbieta Brozek.
 

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