PENCA, MAGUEY O CABUYA
La encontramos en los caminos andinos, ya sea como planta solitaria, formando linderos o cercos protectores de chacras. Sus numerosas hojas o pencas espinosas imponen respeto y una carga de misterio.
En El mundo es ancho y ajeno, de Ciro Alegría, el flautista Demetrio Sumallacta turbado por el cañazo musita: "tú, maguey, desde las lomas nos saludas y nos dices que bueno con tu penacho nimbrado de sol y de luna(...) y así estás con nosotros, frente a nuestros bohíos, y en las cercas que guardan las siembras de esperanza y martirio... como el indio, no sientes el peso del sol ni de la lluvia y estás desnudo ante la vida (...) tus pencas se parecen a nuestras hembras indias, lisas, así sencillas, con un aire a nada, pero alegrando el pecho sin decir ni palabra..., maguey peruano, regado por los campos como un centinela para dar aviso... vigilando los caminos, los largos caminos que hasta ahora son iguales a nuestra vida..."
En la poesía aparece silenciosa, hermosa e imponente. Por ejemplo, el poeta ancashino José Pinedo Pajuelo la pinta con palabras en diversos poemas y la hace trascender en la imaginación: "Mi corazOn es un mar d flores y palabras / Palabras que escribí en las azulinas pencas del camino", "las pencas que apuntan al futuro", "con los brazos extendidos al infinito", "Escribo en una penca del zigzagueante camino / Para que lea la flor andina que soñO conmigo".
En los tiempos preinca e inca se usaba esta planta apara fabricar redes de pesca, soguillas y hondas. La espina más grande se usa como aguja y la pita como hilo para coser. Actualmente, del tronco se hacen bancos de larga duración.
Del cogollo del maguey se obtiene una savia que se utiliza para combatir las afecciones del estómago e hígado. El jugo que se extrae de sus hojas es bueno para restaurar la flora intestinal y ayuda en el tratamiento de la gastritis.
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