LA BIENVENIDA
Cuento breve
Apenas bajó del taxi, la joven de lentes oscuros escuchó que alguien la llamaba. Su mirada curioseó por el mundo externo y descubrió al varón que estuvo ausente dos inviernos. Él abrió los brazos llamando la atención de todos los transeúntes, cruzó la calzada y, sin mediar palabra, sus manos tomaron el talle conocido y su mirada de amor logró humedecer los labios femeninos. Ya sin lentes ni nostalgias, ella floreció para él; soltera y natural, la docente se empinó un poco para abrazarlo, sentirlo real y enamorado, desprenderlo totalmente del tiempo pasado, darle la bienvenida, rindiendo sus ojos, su piel y su boca ante el sensual lenguaje corporal del recién titulado en La Sorbona. La espera había terminado como un fugaz sueño y ambos proclamaban así su acerado amor y el inicio de un futuro sin ausencias: con un beso apasionado en plena calle.
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