lunes, 1 de julio de 2019

VIAJERO DEL TIEMPO

Pongo el peso de mi cuerpo en todos los suelos.
Dormido y despierto, soy un intrépido trotamundos.
Mi temperamento es de todos los climas,
mi paso de viajero es de todos los tiempos,
cada día mi destino, mi futuro
se despereza saludablemente conmigo.

Disfruto de romper los silencios en el campo
y en los pueblos, con la gente
que me regala su luz de ser humano:
una risa, una mirada, unos minutos de su idiolecto.
Gozo de escuchar historias que llegan directo
a la última piel: la piel del corazón.
Hasta en la soledad hallo el regocijo,
cuando se enlazan en aventuras cortas
los miles de paisajes y rostros que tengo capturados
en las lagunas de mis ojos, en el refugio de mi mente.

 Voy bien acompañado, con mis sentidos ondeando
más allá de las pampas, valles, desiertos o montañas,
por donde va mi camino al encuentro de otros caminos.
Soy el jinete de lengua cauta,
que cocina en fogatas diferentes su plan de vida.
Pero eso sí, cabalgo despacio, porque voy lejos.


 © All rights reserved, 2019.



ODA AL HISTORIADOR AUSENTE 

Aquel que vino ya crecido
y maduró más con nosotros

se ha ido sin recoger todo lo traído. 

El que parado a la diestra del fanal
miraba sobrenatural y quieto,
dentro de sí y hacia el fondo del mundo
se ha ido
sin cerrar la puerta que abrió. 

Aquel que paseó su lupa por las centurias;
quien se paró en medio de la Historia
y proclamó la paz
desde el pico índice del Himalaya,
ha rendido su cuerpo en un combate
solemne, con testigos y sin muertos. 

Con su nuevo traje de caminante 
otro citado urbícola se ha ido 
desde un librote hacia la misma luz. 

La mortaja ha caído 
sobre las cosas que amó. 
Su obra desplegarà sus miles de alas blancas 
para resucitar cada dìa todas las esperanzas.

Su verbo intenso 
no quedará varado en las bibliotecas. 
En las manos del ser humano puso 
semillas de su fèrtil campo.




© All rights reserved.


 

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