viernes, 13 de julio de 2018

UN CERAMIO : RESULTADO DEL CONOCIMIENTO ACUMULADO

Toma de 1993, en el parque Santo Domingo (Huacrachuco - Marañón),
por el sociólogo, educador y poeta Esdras Gamarra Ponte.
Un huaco o ceramio es el testimonio cultural de un grupo humano en una época pasada. Observándolo podemos darnos cuenta del grado de desarrollo artístico alcanzado, que se mide por el acabado, los símbolos empleados y la historia acumulada que trae consigo.
Así, por ejemplo, el huaco representativo de los indomables wakrachucos muestra un acabado artístico de significado complejo, con notable preocupación en los detalles: color y expresión dominante del rostro; la nariz grande y gruesa que denota autoritarismo; las orejeras como radares que simbolizan el poder de escucharlo todo; y el tocado o sombrero nos cuenta de su raza y el origen de su nombre: "wakrachuco", sombrero con cuernos, que deriva de "wakra", cuerno, y de "chucu", sombrero. 

Este famoso ceramio lo halló en su chacra un campesino de Huachaj (Huacrachuco Marañón, Huánuco), hace aproximadamente 60 años; de él lo adquirió el huacrachuquino José Reynoso [ Apuntesmhp.es.tl. Huacrachuco - Marañón en el Recuerdo].

En relación a este tema, es muy enriquecedora la opinión del arqueólogo, antropólogo y educador Luis Guillermo Lumbreras Salcedo, quien viene impulsando una nueva forma de entender y estudiar la arqueología, cuyo campo de acción tiene que ver con procesos de desarrollo y relaciones sociales.

«Cuando un arqueólogo excava una tumba, lo que rescata en realidad son eventos, hechos sociales concretos, donde intervinieron muchas personas, reales» (...) «Un ceramio es el resultado de un proceso de trabajo muy largo donde interviene mucha gente. Primero, las personas que extraen la arcilla porque saben de donde obtener arcilla, de qué tipo, qué aditamentos se requieren para que no sea grasoso, etc; segundo, los que transforman el recurso natural en materia prima, en un objeto preparado para ser utilizado en el proceso de producción; asimismo, encontramos una serie de relaciones específicas entre estos productores y, por ejemplo, sus antepasados, porque ellos no nacieron sabiendo cómo se hace un vaso de arcilla, aprendieron del entorno social en el cual viven» (...) «Entonces, la relación que se establece en los materiales que rescatamos los arqueólogos, es una relación que se establece con el pasado, que son los antecedentes de trabajo acumulado, y luego con el trabajo de uno mismo, que está añadiendo un componente activo nuevo» [Artículo «Arqueología científica social. Balance y perspectivas», Luis Guillermo Lumbreras, en Cátedra Julio C. Tello, Museo de Arqueología y Antropología de la Universidad Nacional mayor de San Marcos, 2010, p.p. 214-215]. 

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