miércoles, 31 de enero de 2018

TOPÓNIMOS DE HUACRACHUCO

«Quien reconoce sus raíces recorre con mayor firmeza los caminos»

Más allá del simbolismo mágico y la polisemia que caracterizan a nuestro idioma nativo, los topónimos quechua reflejan fielmente lo que existe, lo que ocurre o lo que ha ocurrido en un determinado sitio geográfico. Cada nombre revela los estrechos vínculos que subsisten entre los elementos de la naturaleza, clara muestra de la riqueza cultural del quechua y del valor imperecedero de los significados esenciales. A continuación la etimología de los nombres de algunos pueblos de Huacrachuco, distrito de la provincia Marañón, Huánuco:


ANTAQUERO: Diente de cobre. Proviene de las voces quechua «anta», cobre, y «kiru», diente. El mineral cobre caracteriza a la zona de Antaquero desde tiempos muy antiguos; la prueba más cercana data de la segunda mitad del siglo XX, cuando se descubrió la existencia de un yacimiento de tipo estratoligado de cobre en Acotambo y se instaló allí una mina. Y no hay duda que todavía hay más cobre. 

ASAY: Lugar donde hace mucho frío. Deriva de «qasay» o «jasay», hacer frío invernal. 

CAJAPATAY: Espina que desgarra. De «casha», espina, y «p’atay», morder ferozmente, desgarrar. 

CONDORGAGA: Cóndor en la peña. Proviene de «kuntur», cóndor, y «qaqa», peñasco, risco, gran piedra. La notable alteración fonética y la posterior escritura, de «gaga» en sustitución de «qaqa», se debe a la influencia de los españoles, quienes al traducir las palabras de nuestro idioma nativo al suyo cambiaron la «q» por la «g».
 
CHINCHIL: Arbusto silvestre de tallo corto y hojas lanceoladas, cuya flor conocida como «chinchil wayta» es de color rojo pálido. La ciencia botánica la ha registrado como chinchilkuma o chinchirkuma, especie Mutisia hirsuta, género Mutisia, familia de las Asteráceas, indicando que es un arbusto de flores rojas o amarillas cuya infusión es una medicina efectiva para curar la anemia y corregir el funcionamiento de los riñones. La flor de esta planta era usada por los antiguos indígenas como adorno en la cabeza o en el pelo, de allí viene la denominación «chinchircuma», que quiere decir «lleva la flor chinchir en la cabeza», por la inclusión de «uma» (cabeza) a la estructura del término original; así lo daba entender Fray Diego González Holguín, quien en su Vocabulario de la lengua general de todo el Perú llamada lengua Qquichua, o del Inca (1608), registró la primera definición: «Chinchircuma. Una flor amarilla que es plumaje». Actualmente, en la provincia Marañón (Huánuco), la planta que produce la hermosa «chinchir wayta» o «chinchil wayta» está en peligro de extinción.

CHOCOBAMBA: Pampa donde habitan los animales de orejas erguidas. Resulta de la unión de los términos quechua «choqo», orejas erguidas de los animales, en señal de atención por algún estímulo, y «panpa», del cual deriva «bamba», que significa llanura, llano, pampa, planicie. Los animales a los que se hace referencia no son otros que los camélidos andinos: la llama, la alpaca, la vicuña y el guanaco, que se caracterizan por tener las orejitas paradas. Muy cercana relación con el nombre tiene también el vocablo «ch’uku», cuya definición en los diccionarios es «dícese del camélido de lana larga y abundante»; esto lleva a plantear la hipótesis de que el nombre original bien pudo ser «ch’ukupanpa» (pampa de camélidos), luego «ch’ukubamba» y finalmente habría derivado en el actual «chocobamba».
 
GOCHACHILCA: Laguna rodeada de chilca. El nombre proviene de las voces quechua «qocha», laguna, y «ch’illka», «chilka» o «chillca», planta silvestre de hojas resinosas y flores de color amarillento o blanco, que crece a orillas de los ríos y en terrenos húmedos.
 
GOCHAJ: 1. Encharcado. Terreno donde se forman lagunas o charcos. Deriva de «qochay», estancarse el agua, formar laguna, encharcar. 2. Soleado. Lugar que recibe los rayos del sol. Viene de «q'ochay», solear, calentar, recibir los rayos del sol.

HUACHAJ: 1. Lugar húmedo. Nacido de la raíz «hua» (sitio, lugar, parte superior, arriba, plano sagrado), este topónimo procede del arcaico término quechua «huachaj», que significa ojo de agua, pantano, humedal, lugar que siempre permanece húmedo. 2. Proviene de «huachaq», la que pare; vocablo que a la vez deriva de «huachay», parir, dar a luz. 3. Lugar donde se escucha gotear el agua, donde sale el agua en gotas, o donde nace el agua sagrada. De «hua», lugar, plano sagrado, parte superior, y «ch’aq», sonido producido por la caída de las gotas de agua en una caja sonora.

HUACHUMAY: 1. Huérfanos del río. De «wakcha», pobre, huérfano --del cual deriva «wachu» o «huacho», con el mismo significado--, de «wakchu», animal huérfano de madre, y de su complemento «mayu», río. 2. Tierra de huérfanos. Según la tradición oral, los guerreros chunchos invadieron la región de Quirín y destruyeron todo a su paso, llegando a  quemar vivos a los pobladores que se refugiaron en el templo católico. Solo se salvaron de la masacre los niños que habían ido a pastar el rebaño por los llanos del actual Huachumay. De acuerdo a la creencia popular, el nombre Huachumay, viene de «huakcha», huérfano o sin padres. 3. Mi planta huachuma (cactus San Pedro, achuma, aguacolla o gigantón). Resulta de la unión de «huachuma» con el sufijo posesivo «y». Efectivamente, en los terrenos bajos, entre el pueblo de Huachumay y el río Marañón, crecen estas cactáceas. 4. Surcar el río. O la variante: hacer surcos en los terrenos cercanos al río (Marañón). Del otro significado de «wachu», surco, camellón preparado para la siembra de papa o cereales, y «mayu», río.

HUAGANA: Lugar del llanto desconsolado, del lamento prolongado; lugar donde dan gritos repetidos los animales. Proviene de «waqana», sensible, que se apena y llora sin consuelo; de «waqay», llorar; de «waqa», llanto o lloriqueo; de «waqaq», que gime o hace ruido; y de «waqanan» o «huaganan», donde llora. Existe consenso en que el vocablo quechua «waqana», «huakana» o «huacana» significa llorar, lamentar, sollozar, gemir; gritar de los animales, por ejemplo «alqo huacan» (ladra el perro), «puma huacan» (ruge el puma), «khuchi huacan» (gruñe el puerco), etc.; también estruendo o ruido de objetos. Ya en 1560, en el Lexicón, o Vocabulario de la lengua general de los indios del Perú, Fray Domingo de Santo Tomás, daba a conocer los significados de «Guacani»: graznar o cantar cualquier ave; relinchar, o gruñir, o aullar cualquier animal generalmente; llorar generalmente. Y en 1608, Fray Diego González Holguín, en Vocabulario de la lengua general de todo el Perú, registró «Huaccani», llorar en grito; «Huaccani aminaycama», llorar muchísimo o hasta no más; y «Huaccan», sonar campana, cantar las aves, gañir, aullar, bramar, chillar, de todas maneras de animales.
 
HUAMBO: 1. Embarcación. Viene de la voz quechua «wanp’u» o «huampu», balsa hecha con madera liviana. En el Lexicón, o Vocabulario de la lengua general de todo el Perú (1560), de Fray Domingo de Santo Tomás, aparece el registro más antiguo: «guambo», canoa, nave o balsa de madera. El original «wanp’u» consta de tres partículas: «wa», que se refiere al lugar que está en el plano sagrado; el elemento «n», indicador de la tercera persona singular; y «pu», morfema o sufijo que indica súplica en favor de otra persona. Esto significa que el vocablo aludiría a la embarcación que va al más allá después de la muerte o al viaje trascendental que emprendía un poblador local mediante la fe; dicho viaje sería posible a través de un rito religioso, por ejemplo el de purificación, con la ayuda de un sacerdote o yachaq (el que sabe). Lo señalado guarda relación con la práctica religiosa que siempre caracterizó a Huambo: hay dos ushnus donde se realizaban cultos a los dioses tutelares de la antigüedad (a los apus, al agua, al dios rayo, a la pachamama) y funcionó allí, hasta hace muy poco, una importante capilla de culto católico. 2. De «wanphu», sinónimo de «waphu», que significa boquerón (abertura grande). 3. Se llamaría así debido a que sus primeros habitantes habrían sido descendientes de los guambos, grupo étnico que en la época preinca ocupaba parte de los territorios de las actuales provincias de Jaén y Cutervo, departamento de Cajamarca.

HUANCHAY: Significa «el que llega de la parte superior», «llega del lugar sagrado» o «llega el ser sagrado (el agua)». El nombre Huanchay proviene de las voces quechua «wa» (parte superior, arriba, lugar sagrado) y «chay» (llegar, arribar), enlazadas por el elemento «-n» (marcador de la tercera persona singular). Deriva a la vez de «huachaj», pantano, ojo de agua, lugar húmedo; de «huachaq», la que pare, cuya estructura alude al lugar sagrado («hua») y al sonido producido por la caída de gotas de agua («chaq» o «cha’q»); de «huachaque», que significa «donde gotea el agua» (en lengua cauqui), «chacra hundida donde crece la totora» (en lengua quingnam) y «tierras húmedas ganadas al desierto» (en quechua); y de «huachay», parir, o hacer llegar de lo sagrado (al nuevo ser). El análisis estructural evidencia que el topónimo Huanchay hace referencia en simultáneo al lugar donde se produce la vida, a la madre uterina y al agua.
 
HUARIPAMPA: Pampa de vicuñas. Proviene de «wari», vicuña, y «panpa», llanura, llano, pampa, planicie.

HUAYCHAO.- Ave color plomizo y cola blanca que anuncia la salida del sol con su canto armonioso o da graznidos agoreros anticipando malos acontecimientos. Se le conoce también como ruiseñor andino, por su lindo y conmovedor canto matinal: ¡huaychau...! ¡huaychau...!. Precisamente, el topónimo Huaychao viene de «huaychau», nombre de esta ave.

MAMAHUAJE: 1. Madre que comparte, divide o distribuye con equidad. De «mama», madre, y «wakiy», compartir, participar por igual de intereses. Por efecto de la pronunciación y posterior escritura, el nombre original «Mamahuaji» se convirtió en el actual «Mamahuaje». Esta teoría tiene bastante asidero, porque Mamahuaje es una zona de división territorial entre los departamentos de Huánuco y La Libertad, una frontera natural marcada por los ríos Huacrachuco y Anchic; además, el significado se reafirma con los registros «huac», aparte, a otra parte, a la otra banda, y «huaqui», dos juntos, realizados por Fray Diego González Holguín, en su Vocabulario del año 1608. 2. Asociado con la madre. De «mama», madre, y «waki», pareja que forma sociedad para trabajo agrícola. 3. Casa madre, primera casa o casa matriz. De «mama», madre, y «waji», derivado por alteración fonética de «wasi», casa. 

MARCOPATA: Altura donde crece marco (Artemisia Vulgaris). Proviene de «markhu», artemisa, y de «pata», altura, elevación, arriba, andén, zona, sitio. La artemisa es una planta herbácea de la familia de las asteráceas o compuestas, similar al ajenjo, que supera el metro de altura; en la punta de su delgado tallo crecen cabezuelas de donde brotan flores de color rojizo. Se usa como medicina para curar heridas, calmar cólicos, expulsar lombrices intestinales, provocar y controlar la menstruación, aliviar resfríos, y en forma de tintura contra el reumatismo.

PARACAY: 1. Lloverá mañana. De «para», lluvia, y «q’aya», futuro, tiempo próximo, venidero, el día de mañana. 2. El clima se tornará lluvioso. De la fusión de «paraq», lluvioso, pluvial, y «q’aya», tiempo futuro. 3. Se conoce con el nombre genérico quechua «paraqay», a las variedades de maiz blanco de grano grande, llamado maíz amiláceo por la calidad de su harina, muy apreciada para la elaboración de tortas, panes y tamales.  

QUENUA: Alude a la planta «quenoa» o «queñua» o «quewiña» (quechua: qiwuña), del género Polylepis, que crece entre los 3600 y 4500 m s. n. m. Abundaba en la antigüedad, formando bosques llamados queñuales, de donde se extraía madera para mangos de herramientas y leña de la mejor calidad. Es un árbol de brazos retorcidos, hojas diminutas y corteza gruesa, compuesta de múltiples láminas que tienen la función de proteger el tronco de las bajas temperaturas. En el Vocabulario de la lengua general de todo el Perú (1608), de Fray Diego González Holguín, aparece: «Qquiñua-- árbol de puna bueno para leña y carbón».  

QUILLABAMBA: Pampa de la luna. De «killa», luna, y «panpa», del cual deriva «bamba», que significa pampa, planicie, llanura.

SHAGAPAY: 1. Mi flor shagapa. De «shagapa», planta altoandina cuyas flores son de color amarillo patito en algunas zonas, mientras en otras son rosadas y moradas; el sufijo posesivo «y», mi, denota el sentido de propiedad. Una canción muy popular en Ancash y Huánuco se titula «shagapita huayta», ramo de florcitas de shagapa. 2. Hacer sonar los cascabeles o cascabelear. Deriva del término original «xacapa», cascabel, que registró Fray Domingo de Santo Tomás en el Lexicón (1560), y de «shacapa», «shaqapa», árbol de la selva cuyos frutos sirven de cascabel, vocablos de similar escritura y pronunciación que se usan para designar al cascabel. Por intervención de los españoles, quienes al traducir las palabras de nuestro idioma nativo al suyo cambiaron la «q» por la «g», surgió el sinónimo «shagapa», que con el sufijo verbal «y» significa «bailar con cascabeles» o «cascabelear».

TRANCA: 1. Curvado, bifurcado, arqueado, sinuoso. Deriva del antiguo término quechua «tarca», corva de la pierna (registrado en el Lexicón); «tanka», forma de un palo con uno de los extremos bifurcados en dos ramas; y de «chanka» o «chaka», pierna, muslo, cadera. En algunas partes del Perú se utliza la palabra «tranka» para referirse a la pierna y en específico al muslo o a la cadera. Un estudio publicado en Agua, revista del Centro de Capacitación JM Arguedianos, en 2003, refiere que la palabra «tranka» procede de un dialecto de la región Chinchaysuyo y que es sinónimo de «chanka»; explica que, en las lenguas indígenas es frecuente el empleo de ciertos sonidos secundarios, provocando alteraciones fonéticas como la «ch» en «t-r», transformando así por ejemplo «chaki» en «t-raki», pie, y «chanka» en «t-ranka», pierna, muslo, anca de animal (Revista Agua, Centro de Capacitación JM Arguedianos, Año 1, N° 1, Huancayo, 2003, p. 29). 2. Aguila que extrae con violencia o arranca con rapidez su presa. Surge de la unión de «t’iray», arrancar de cuajo y con violencia, extraer de raíz las plantas menores, y «anka», águila.



REFERENCIAS:

* Lexicón, o Vocabulario de la lengua general del Perú, Fray Domingo de Santo Tomás, Lima, 1560 - Versión web:  https://archive.org/details/lexiconovocabula00domi
* Vocabulario de la lengua general de todo el Perú llamada lengua Qquichua o del Inca, Padre Diego González Holguín, Lima, Imprenta de Francisco del Canto, 1608 - Versión web: https://es.scribd.com/document/343732791/Gramatica-y-arte-de-la-lengua-general-del-Peru-1607-Gonzales-de-Holguin-pdf
* Diccionario Simi Taqe, Quechua-Español-Quechua, Academia Mayor de la Lengua Quechua, Gobierno Regional Cusco, 2005 - Versión web:  http://www.illa-a.org/cd/diccionarios/DicAMLQuechua.pdf.....
* Diccionario Kechwa-Castellano, Castellano-Kechwa, César Augusto Guardia Mayorga, Ediciones Peisa, 1970.
* Klauer, Alfonso. ¡Gua!, el insospechado origen del lenguaje, 2007, Edición electrónica gratuita. http://www.eumed.net/libros-gratis/2007b/273/indice.  Texto completo en: www.eumed.net/libros/2007b/  Cita seleccionada: «en algún momento la voz /ua/ empezó a tener las aproximadamente equivalentes e importantes connotaciones de «tierra», «lugar de nacimiento», «territorio», «espacio en el que se vive», etc. Pero muy probablemente también, y quizá bastante más tarde, cuando cada patria tuvo nombre propio, /ua/ habría pasado entonces a ser un simple sustantivo con el que genéricamente se denotaba «lugar», «sitio», «espacio». Cualquier lugar, cualquier sitio, cualquier espacio» (/UA/=lugar, territorio).
* CHINCHIRKUMA, CHINCHILKUMA. Revista de crítica literaria latinoamericana, Latinoamericana Editores, p. 73, 1993. Web:   https://books.google.com.pe/books?id=0aFdAAAAMAAJ
* CHANKA. Diccionario Quechua- Aymara al español, www.katari.org/diccionario/diccionario.php?listletter=quechua
*GOCHACHILCA. Artículo: Etimología de Gochachilca. El Quinto Jinete, 29 Dic. 2016 - https://el-goico.blogspot.pe/2016/12/etimologia-de-gochachilca.html
* GUAMBO. Toponimia de la provincia de Loja, Jorge Enrique García Alberca, p. 109, 2015.
* HUACHUMA. Dioses y enfermedades: la medicina en el antiguo Perú. Fernando Cabieses, G. Ediciones e impresiones, p. 16, 1974.
* HUACHUMA. Boletín de Lima, Temas 123-126, 2001.

* HUANCHAY. Artículo: Acerca del nombre «Huanchay». El Quinto Jinete, 26 Dic. 2014 - http://el-goico.blogspot.com/2014/12/acerca-del-nombre-huanchay.HTML
* HUAKANA. Primitivo Sanmartí, Los Pueblos del Perú, Imprenta y Librería de San Pedro, p. 193, 1905. https://books.google.com.pe/books?id=QT9lAAAAMAAJ 
* SHAGAPAY. Artículo: Aproximación al significado del nombre «Shagapay». El Quinto Jinete, 30 Dic. 2016 - https://el-goico.blogspot.com/2016/12/aproximacion-al-significado-del-nombre.HTML
* T’IRA. Diccionario quechua-español, español-quechua, p. 168. https://books.google.com.pe/books?id=C80uAAAAYAAJ
* T’IRAY. Jorge A. Lira, Diccionario Kkechuwa-español, Universidad Nacional de Tucumán, Argentina, 1945.
* TRANKA. https://yazg.wordpress.com/diccionario-quechua



viernes, 8 de diciembre de 2017

Atractivo turístico de Gochachilca

GALLO RUMI: EL ENCANTO DE UN PEDREGAL
Es un lugar turístico ubicado en el paraje conocido como Ponto, en la parte alta de Gochachilca (Huacrachuco, Marañón, Huánuco). Se dice que allí, en lo que ahora es un pedregal, hace mucho tiempo existió un pueblo llamado Ponto, donde vivían hacendados muy ricos pero nada bondadosos con la gente humilde. Según cuenta la leyenda, Dios bajó a ese pueblo convertido en un anciano andrajoso [1] que suplicaba le dieran algún alimento, pero fue despreciado por su apariencia, insultado y echado de todos lados hasta con perros; sintiendo inmensa pena de comprobar que todos tenían el corazón duro, el anciano se fue caminando lentamente por el cerro conocido como Ponto Laja; por la noche, una torrencial lluvia acompañada de truenos y relámpagos cayó sobre el pueblo, precediendo el trágico final: una parte de Ponto Laja se desprendió y miles de piedras cayeron sepultando por completo lo que alguna vez fue Ponto, el pueblo de prósperos pero mezquinos hacendados. 
Al centro del extenso ´pedregal, una formación pétrea que semeja la cabeza de un gallo y una enorme roca que se muestra imponente apuntando al cielo conforman el conjunto denominado Gallo Rumi (gallo de piedra), nombre con el que es conocido todo el lugar. Sobre las piedras hay vida vegetal: cactáceas, achupallas y plantas silvestres medicinales  como la calaguala (utilizada para las infecciones vaginales, urinarias y prostáticas), el garamatish o matico (desinflamante) y la congona (indicado para curar úlceras gástricas). También hay vizcachas, animalitos silvestres parecidos al conejo que tienen sus madrigueras entre las rocas y sólo se dejan ver al amanecer o al atardecer.

Desde Gallo Rumi se tiene una vista panorámica espectacular de Huacrachuco centro, Callapitish, Shagapay, Panacocha, el mirador Marco, Yamos, Quillabamba, Marcopata y otros pueblos del fértil valle huanuqueño.


Sobre las piedras crecen las achupallas y diversas especies de helecho,
entre las que destaca la calaguala.

 Especie cactácea conocida como "pumaqorotan" (testículo de puma) o "cuchi cuchi".
Pertenece al género mammilliaria, cactus de forma esférica cuyo fruto recubierto
de cerdas espinosas es comestible; puede alcanzar una altura
de 20 cm y sus hermosas flores son rosadas.

La Congona. Antiinflamatorio y cicatrizante natural, indicado en extracto
para curar úlceras gástricas


Ankokash o anku kasha, variedad de espina que se usa como leña; alumbra como vela. 



Huacrachuco, distrito y capital de Marañón, visto desde Gallo Rumi


Al pie de Ponto Laja y al lado de Gallo Rumi, se halla el villorrio de Ponto.




domingo, 19 de noviembre de 2017

MARIO URTEAGA ALVARADO

La siembra, 1936. Con Los leñadores y El muertito, este óleo formó parte
del conjunto de tres que obtuvo el primer premio en Viña del Mar, Chile, en 1937.

LA VIDA DE LOS AUTÉNTICOS
INDIOS SOBRE EL LIENZO

Mario Urteaga Alvarado (1875 - 1957). Fue un pintor cajamarquino de renombre internacional que retrató fielmente la realidad del campesino. No tuvo un inicio temprano en la pintura, pero el destino se encargó de ponerlo en el camino de los elegidos cuando bordeaba los treinta años y de allí en adelante fue progresando, madurando lentamente, hasta convertirse en uno de los representantes más notables de la escuela pictórica indigenista.
 
Después de desempeñarse algún tiempo como profesor y dos años como tenedor de libros en una hacienda cajamarquina, en 1903 llegó a trabajar en un colegio del Callao, donde comenzó su romance con la pintura. El caballete, los pinceles y las pinturas entraron a su vida para acompañarlo por siempre.
 

El pintor indigenista en su estudio fotográfico
de Cajamarca, a mediados de la
segunda década del siglo XX.
De regreso a Cajamarca, en 1912 se casa y tras dedicarse temporalmente a la fotografía, se trasladó a un fundo que heredó su esposa en Otuzco, lugar en el que se nutre de las costumbres de los campesinos y desarrolla un profundo amor por la naturaleza; allí, en una modesta casa de campo, pinta esporádicamente, con una técnica todavía en fase primaria.
 
Una década después, establecido ya en la ciudad, se comprometió a tiempo completo con la pintura, haciendo prosperar su arte de manera autodidacta. Cuando no estaba frente al caballete, estaba leyendo periódicos y revistas que le llegaban de Lima.
 
Pintaba imágenes religiosas y reproducía cuadros de pintores famosos, hasta que en 1923 lo visita su sobrino José Alfonso Sánchez Urteaga — convertido ya en el pintor Camilo Blas—, quien le habla del surgimiento de una corriente de arte nacionalista que encabezaba José Sabogal. A raiz de esa conversación, Mario se convence de que tenía un talento sobresaliente y que había llegado el momento de crear obras personales.
 
Así fue como comenzó a componer escenas campesinas que más tarde los entendidos dirían que son «copia fiel de la realidad», porque muestran los espontáneos gestos de los indios y el realismo mágico de sus costumbres. El también pintor autodidacta Teodoro Núñez Ureta dijo que Urteaga hizo conocer al mundo entero «los indios más indios que jamás se han pintado».
 
Su primera exposición en Lima, allá por 1934, le permitió hacerse conocido y no tardó en brillar con luz propia. En 1936 ganó un concurso en Viña del Mar (Chile). En 1945 fue premiado en San Francisco, California. Y fue el primer peruano en tener una obra en la colección permanente del Museo de Arte Moderno de Nueva York. Siguieron muchas exposiciones más en el país y en el extranjero.
 
Entre sus óleos más famosos están: Después de la faena, La riña, Tejedor de ponchos, Entierro de un hombre ilustre, Los leñadores, El muertito, Los adoberos, Día de pago, La siembra, La trilla, La siega, Fiesta campesina, La saca de papas, Patio de hacienda, Primer corte de pelo, Baile familiar, La procesión de San Lucas de Otuzco, Captura del abigeo, El beso, Entierro de veterano en Cajamarca, Maternidad, El curandero.
 
En su obra destacan la belleza del paisaje, la riqueza individual de los personajes y el valor de las costumbres de los indios. Según el antropólogo Fernando Silva Santisteban: «Mario Urteaga, es uno de los pintores peruanos más sugerentes y originales y representa un valor muy particular en el panorama de la pintura moderna de Latinoamérica, su arte nace libre y espontáneo como una flor silvestre, lejos de toda afectación anecdótica (...) Hizo del indígena cajamaquino el motivo esencial de su pintura; vivió cerca de él y lo pintó con afecto y comprensión profundamente humana».
 
En 1957, a los 82 años, falleció en su natal Cajamarca el artista que se introdujo en el mundo andino y logró extraer de él las imágenes más auténticas del campesino en su quehacer cotidiano.

 
La riña, 1923.
Después de la faena, 1920.
  
La trilla.
Fiesta campesina.

 
Entierro de un hombre ilustre, 1936. En el Museo de Arte Moderno de Nueva York.
   
Entierro de veterano en Cajamarca.
Los adoberos, 1937.

La captura del abigeo, 1940.

Primer corte de pelo ( o Landaruto)
 

viernes, 17 de noviembre de 2017


 
ÁLBUM DE FOTOS
 
 Mi historia comienza tarde y termina pronto
en las páginas de un álbum setentero,
donde mis padres y tres niños
se mueven aprisa del blanco y negro
a la revolución de los colores.
 
La sólida puerta del libro se levanta y cae
escondiendo el anverso más reconocido del estante.
Me hallo en el templo de los momentos capturados.
Los anfitriones están vivos en el primer salón de la galería.
Un viejo negativo de los patriarcas del XIX
y los retratos de mis abuelos en traje de gala
provocan que mis ojos se internen en situaciones grises
y que se encienda la luz en el rincón de los recuerdos.
 
Las hojas se someten a la dictadura de mi mano derecha.
Los cuadros pasan lentamente por mi cabeza.
Ojeo el gesto severo de mi padre profesor
mordiendo el frío en la quebrada de Llanganuco,
las manos de mamá esquilando un carnero en Huacrachuco,
la risa y el saludo con sombrero de ambos en la campiña,
y la muda de ropa en la ruta del campo a la ciudad.
En Trujillo se estableció la familia a dibujos con tiza y a colores;
me he reconocido gringuito, moviendo la hamaca de papá.
 
¡Oh mi casa! ¡Oh mis hermanitas Samantha y Pilar!
En mi casa norteña siguen felices sus inquilinos móviles.
Cuántos familiares se turnaron en las instantáneas
y cuántos niños perennizaron en el espacio de juegos su risa,
cerca de las dalias, rosas y flores de campanilla,
delante de los retoños del durazno y del manzano.
Extraño mi casa grande donde tuve una infancia amarilla
y donde Coquito se sentía como en la escuela.
 
!Oh mi patio-jardín! ¡Oh mis compañeritos chaposos!
Mis recuerdos se arrojan a las fotos, al patio de la casa.
Y me veo jugando a saltar la soga, a la ronda, a la chapada,
a la rayuela con cabeza redonda y cuerpo de cajones.
Teníamos un árbol grueso con un hueco para guardar «oro»
y un muro bajito en ele que era como un fortín
donde se protegían los sueños de los niños como yo.
En el patio-jardín estaba el mundo,
en el columpio del pacay se balanceaba la risa de todos.
 
Las fotografías en mi jardín son obras de arte
con angelitos en movimiento.
Allí estoy, ya saltando de alegría con Lassie,
ya meciéndome en el columpio
donde me hice amigo de la línea curva,
y allí están los piratas imberbes en la isla del tesoro,
los novatos boy scouts en noble acción social,
las princesas y heroínas con aroma a manzanilla,
las pitusas apuntando a los frutos, a las rosas, al ruiseñor,
llenando de juego el cuadro impresionista.
 
Del álbum se han volteado las últimas hojas,
donde alguna vez dio saltos y se escondió mi niñez.
Por allí ya no estoy silbando, en escena
sólo están mis padres y otros queridos viejos.
No importa, fui otra vez feliz en el vaivén del columpio.
Y cierro contento el libro, despacio, midiendo el tiempo,
como para que nadie quede afuera.
 
 
© All rights reserved, 2017



martes, 14 de noviembre de 2017

 

LA MITAD DIFERENTE

La mitad del todo mostrado no está sola.
Otras mitades guardan secretos.
Y hay repeticiones de esas mitades
que reproducen el todo público,
el escrutado entero perceptible.
Aunque juntas forman el todo perfecto,
las mitades no son exactamente iguales.
Son relativas y dispares entre sí.
 
La matemática no encuentra la unidad,
se enfrenta a la proclama de un quebrado:
una mitad por dos no completa el mapa original.
El plano cardinal sagital separa magnitudes inexactas,
igual que el corte coronal divide las orejas desiguales.

Toda mitad es diferente a su pareja.
En el amor, la mitad es uno y la unidad es dos.
La media naranja no es la mitad sino el complemento.
Las mitades no iguales se buscan, se atraen, se sueñan,
se magnetizan en el aire, en el agua, en tierra firme,
se juntan en un beso que forma el todo.
Y no hay todo más perfecto
que la unidad que sellan con un beso
cuatro labios enamorados.
 
No hay forma de conocer el todo absoluto.
Siempre habrá una parte desconocida,
una historia oculta, una escurridiza pieza clave
que perteneciendo a una mitad y al entero,
se aleje de los sentidos y permanezca perdida,  
 tal vez protegida detrás de un solitario portal.
Asusta descubrir el rostro equis del todo,
las cuentas en rojo, los misteriosos signos
alojados en lo externo o en lo interno,
en las mitades derecha o izquierda,
en el plato viajero que se va por el multiverso.
 
¡El hombre en alerta roja!
Lo atemoriza, lo apoca, lo subleva
que se conozca su mitad oscura,
su vida paralela,
la parte de su mundo íntimo
moldeado a tiempo parcial por errores y pasiones.
!Qué terrible la tempestad interior!
La lucha de los yoes por el máximo espacio,
por el poder en la profunda caverna interna
donde grita el yo encadenado, el yo reprimido,
donde es feliz el yo oculto
y donde goza de libre albedrío el más temido yo:
el yo desconocido.
Aquel capaz de lanzar rugidos de fiera a un mes luz,
el que puede saltar a la palestra solo un minuto
y deshacer las ataduras, romper las alegrías,
dinamitar toda regla de convivencia,
herir con huracanado impulso el hincado amor,  
reducir a cenizas los pactos por la paz,
destruir la casa del yo responsable y diplomático,
la obra del yo autocontrolado;
es esa la mitad opuesta del yo de vanguardia,
la otra cara del yo tolerante,
la bestia que nadie debiera conocer jamás.
 
¿Qué es el todo absoluto?
Es la armonía de dos mitades:
partes desiguales, complementos perfectos.
¿Qué es el ser absoluto?
Es el recipiente compartido por los yoes,
por los opuestos en resistencia,
por los distintos unidos.


 
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